Fotos: Ruta del Garcibravo. Currini
En nuestra ruta senderista del Garcibravo a beneficio de Carmen infantes, precisamente cuando atravesábamos el cauce del arroyo, me acordé de este animal al que llamábamos " lisillo" y que cuando yo era un chiquillo en los alrededores del pueblo y sobre todo en este nuestro arroyo de Garcibravo los había a montones por todas partes y a veces los cogíamos con mucha dificultad porque se escurren entre las manos pero a nosotros no se nos resitia nada de lo que había en la naturaleza.
Es un reptil, que para que nos entendamos , parece una lagartija por un lado con sus patitas y por otro es largo como una serpiente. Pues bien le pregunté a Moreno vega y me dijo que todavía quedan algunos por aquella zona y lo que no sé es lo que hay que hacer para ver si de verdad los sigue habiendo y que podemos hacer en el pueblo para que no se extingan del todo yta que sería una verdadera pena....
Sin duda entre los reptiles más curiosos y desconocidos que habitan en nuestro medio más cercano, se encuentran los eslizones o lisas. Son animales de costumbres tímidas y muy esquivos, con los que rara vez tendremos la suerte de encontrarnos. Al observar uno de ellos, su aspecto nos puede hacer pensar que nos encontramos ante una pequeña serpiente, aunque un examen más detallado nos desvela la presencia de pequeñas patas. En realidad podemos decir que se trata de lagartos que han quedado en mitad del proceso evolutivo que los fue transformando hasta dar lugar a las serpientes. Sus extremidades han quedado reducidas a la mínima expresión y para desplazarse reptan con inusitada rapidez mediante movimientos ondulatorios. Dos especies podemos encontrar en Granada, el eslizón ibérico al que dedicamos esta ficha y el eslizón tridáctilo del que hablaremos en otra ocasión.
ESLIZÓN IBÉRICO (Chalcides bedriagai)
Por Eduardo Escoriza, revisado por Luis García-Cardenete y la colaboración de Javier Benavides, Javier Fuentes, José Luis Esteban, Raúl León, Octavio Jiménez y José Manuel Gutierrez (A.H.G).
© Javier Fuentes
Adulto, Sierra Seca (Granada), julio 2007.
Ficha técnica:
Clase: Reptiles
Orden: Escamosos
Familia: Escíncidos
Género: Chalcides
Especie: bedriagai (Boscá, 1880)
Estatus legal: Tanto en el Catálogo andaluz de especies amenazadas (Ley 8/2003, de 28 de octubre, de la flora y la fauna silvestres), como en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, aparece incluida en la categoría “interés especial”, en la que se recogen aquellas especies que, no estando incluidas en otras categorías de protección superior (extinta, en peligro de extinción, sensible a la alteración de su hábitat, vulnerable), son merecedoras de una atención particular en función de su valor científico, ecológico, cultural, o por su singularidad.
A nivel mundial no aparece catalogada en las categorías de UICN (Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza).
El Atlas y Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles de España, editado en 2002, la incluye dentro de la categoría “Casi amenazado” (NT) que recoge aquellas especies, que aunque no satisfacen los criterios de Vulnerable, están próximos a hacerlo de forma inminente o en el futuro. Las poblaciones de la isla de Nueva Tabarca y los islotes del Mar Menor se consideran “Vulnerables”, y las de las islas Cíes y Ons como “En Peligro” por encarar un riesgo muy elevado de extinción en estado silvestre en el futuro cercano.
Incluida también en el anexo II del Convenio de Berna (1979), como especie estrictamente protegida.
En cuanto a la ley 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, el eslizón ibérico aparece incluido en el ANEXO V que incluye aquellas especies animales y vegetales de interés comunitario que requieren una protección estricta.
© Luis García-Cardenete
Ejemplar adulto, Sierra de Gredos (Ávila), octubre 2005.
Cuerpo cilíndrico y alargado.
Como hemos señalado anteriormente, el aspecto general del eslizón ibérico recuerda al de una pequeña serpiente que tuviera pequeñas patas. Su cabeza es pequeña en comparación con el resto del cuerpo y tiene forma triangular, ensanchada en la parte posterior. No existe una zona delimitada (cuello) que la separe del resto del cuerpo, que es bastante alargado y de sección más o menos cilíndrica.
El hocico es romo y en ocasiones aparece ricamente coloreado de naranja o amarillo en su parte inferior. Los oídos aparecen reducidos, pero se observan con claridad a ambos lados de la cabeza, en un nivel inferior al de los ojos. Estos son muy pequeños, tienen párpados móviles y sus pupilas son circulares de color negro e iris amarillento.
En lo que respecta a la folidosis (conjunto de caracteres referentes a las escamas, típico de estudios con reptiles), destaca la presencia de una escama rostral grande más larga que ancha, acompañada de una escama postnasal a cada uno de sus lados. Hay 7 escamas supralabiales, de las cuales la cuarta y la quinta entran en contacto con el ojo. No tiene prefrontales aunque sí supranasales. Tampoco tiene collar de escamas ni pliegue bajo la garganta (pliegue gular).
© Octavio Jiménez
Detalle de la cabeza, Sierra de Guadarrama (Segovia) junio, 2006.
El resto del cuerpo es cilíndrico, grueso y relativamente corto. Tanto el dorso como la zona ventral aparecen cubiertos por escamas de igual tamaño anchas, lisas y brillantes, repartidas entre 22 y 28 filas contadas a mitad del cuerpo. La cola tampoco aparece diferenciada del resto del cuerpo y progresivamente va estrechándose hasta terminar en un extremo puntiagudo. Las patas han visto reducido su tamaño y son proporcionalmente cortas. Poseen cinco dedos alargados. Las traseras son más largas y robustas que las anteriores.
La longitud total puede llegar hasta 15 cms., repartidos casi a partes iguales entre el tronco (un poco más largo) y la cola. El peso no supera los 10 gramos.
La coloración y diseño del cuerpo varía de unas poblaciones a otras. Son habituales los tonos de fondo gris, verdoso y marrón. Habitualmente se pueden observar 3 líneas anchas y oscuras que recorren el dorso del animal, una en el lomo y otras 2 en los laterales. El espacio entre estas bandas tiene coloración más clara. Tanto en la cabeza como en el tronco y la cola puede aparecer una salpicadura de pequeños ocelos amarillentos bordeados de negro, más frecuentes en la parte posterior del dorso y laterales de la cola. El vientre suele ser más claro que el dorso, es de color crema, con reflejos azules y sin dibujo.
Generalmente los juveniles tienen un diseño más simple, con coloraciones oscuras y uniformes. Conforme van creciendo hacen su aparición los ocelos y las bandas longitudinales. Lo que sí destaca en ellos es la bonita coloración anaranjada del hocico y la cola y el vientre de color gris oscuro. Su cola es relativamente más larga, representando aproximadamente dos tercios de la longitud total del animal, unos 6 cms. de un total de 10 cms.
© José Luis Esteban
Ejemplar adulto, Sierra de Huétor (Granada), abril 2008.
Hembras más largas y pesadas.
A simple vista no se observan caracteres definitorios que permitan asignar a los ejemplares a uno u otro sexo. De todos modos se ha observado que las hembras son algo más largas y pesadas y la distancia entre sus patas delanteras y traseras es menor. También tienen las patas traseras más largas. En los machos la cabeza es más grande y robusta, la cola es más larga y cuando están en celo se les intensifica la coloración anaranjada del hocico.
© Luis Garcia Cardenete
Hembra adulta, Sierra Nevada (Granada), agosto 2006.
Endemismo ibérico
Se trata de un endemismo ibérico, por lo que las únicas poblaciones naturales de esta especie se localizan en la España peninsular y Portugal.
Su distribución abarca la mayor parte de la península, a excepción de la franja cantábrica. El límite norte viene marcado por la línea imaginaria que recorriendo el sur de León y Palencia, une el sur de Galicia con la costa Mediterránea a la altura de la desembocadura del Ebro, pasando por las estepas navarras (Bardenas reales) y aragonesas (Monegros). Las citas situadas al norte de este río son muy raras.
Las poblaciones más densas y continuas se localizan a lo largo de la costa mediterránea al sur de la provincia de Tarragona. En el interior las citas se agrupan en torno a diferentes sistemas montañosos, destacando por su importancia las situadas en el Sistema Central, Sierra Morena y los sistemas Béticos, donde llega a ser localmente abundante, al igual que en todo el cuadrante suroeste.
Se trata de una especie típica de la región bioclimática mediterránea. Aun así también se localiza en zonas situadas fuera de ella, concretamente en el norte peninsular en una serie de valles con influencia marina. Esto se debe a que las condiciones climáticas, sobre todo las temperaturas, se asemejan bastante a las del clima mediterráneo.
Persisten algunas poblaciones insulares, concretamente en las Islas Cíes en Galicia, islotes del Mar Menor en Murcia y la isla de Nueva Tabarca en Alicante.
© Octavio Jiménez
Ejemplar adulto, Sierra de las Nieves (Málaga), abril 2007.
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