El “buffet”, término de origen francés, aceptado en español por la R.A.E. como bufé o bufet, se compone de una variedad de alimentos dispuestos normalmente sobre una mesa o mueble “ad hoc”, en que los comensales pueden servirse a discreción. Se dice que el “buffet” se desarrolló por Europa desde Francia a partir del siglo XVIII y su nombre hace referencia al mueble sobre el que se pone la comida para ser servida al público. Se trata de un método cómodo para servir a un gran número de personas y que otorga a los asistentes la posibilidad de elegir libremente la cantidad y el detalle de los alimentos. El estilo común del “buffet” es el de una comida tipo autoservicio, en la que los invitados se sirven por iniciativa propia. A diferencia de lo que ocurre en un cóctel, en que se participa de pié, en el "buffet" los comensales, luego de elegir los alimentos para llevarlos a su plato, se sientan a comer. Una de las ventajas del “buffet” es que permite una gran libertad a las personas para moverse y sentarse donde lo deseen y en muchos restaurantes se ha adoptado el estilo de disponer de este tipo de servicio para diversas comidas o en general como estilo de atención, ya que un “buffet” puede ser frío, caliente o mixto.
Normalmente, el “buffet” cuenta con dos secciones principales; una donde se disponen los alimentos y los cubiertos y otra donde se ubican las bebidas, la cristalería, la vajilla y las servilletas. Otra alternativa que ofrecen muchos restaurantes es la de un pequeño módulo central donde se disponen todos los elementos, de manera que los comensales pueden retirar cada cosa (comida, cubiertos, vajilla, etc.) circulando a su alrededor y eligiendo lo que desean consumir. Como norma protocolar para quienes asisten a un “buffet”, nunca se deben llenar demasiado los platos: es mejor repetir posteriormente el alimento deseado. En tal caso, deben usarse los cubiertos que se encuentren dispuestos en las bandejas y no reutilizar los cubiertos ya ocupados.
Hoy en día el “buffet” se asocia cada vez más a la idea de “tenedor libre”, en que se paga una cantidad fija y el comensal se sirve lo que desea dentro de ciertas regulaciones determinadas por el sistema propio de cada local. Como en muchos otros ámbitos, en el área gastronómica algunas denominaciones se mantienen, otras cambian según tiempo y lugar, pero la relación del ser humano con los alimentos sigue siendo tan variada y tan rica como la cultura.
Normalmente, el “buffet” cuenta con dos secciones principales; una donde se disponen los alimentos y los cubiertos y otra donde se ubican las bebidas, la cristalería, la vajilla y las servilletas. Otra alternativa que ofrecen muchos restaurantes es la de un pequeño módulo central donde se disponen todos los elementos, de manera que los comensales pueden retirar cada cosa (comida, cubiertos, vajilla, etc.) circulando a su alrededor y eligiendo lo que desean consumir. Como norma protocolar para quienes asisten a un “buffet”, nunca se deben llenar demasiado los platos: es mejor repetir posteriormente el alimento deseado. En tal caso, deben usarse los cubiertos que se encuentren dispuestos en las bandejas y no reutilizar los cubiertos ya ocupados.
Hoy en día el “buffet” se asocia cada vez más a la idea de “tenedor libre”, en que se paga una cantidad fija y el comensal se sirve lo que desea dentro de ciertas regulaciones determinadas por el sistema propio de cada local. Como en muchos otros ámbitos, en el área gastronómica algunas denominaciones se mantienen, otras cambian según tiempo y lugar, pero la relación del ser humano con los alimentos sigue siendo tan variada y tan rica como la cultura.
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