Jimena de la Frontera

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miércoles, 21 de julio de 2010

RUTA DE LAS LAVANDERAS

Como final de temporada, hemos realizado una salida el viernes día 16 . La hemos bautizado así para recordar a aquellas mujeres que con tanto esfuerzo bajaban desde el pueblo al río para el lavado de la ropa.


Nuestra intención era seguir el río por el camino del cao, bañarnos en la Peña Gorda y volver al pueblo, ya de noche, por la Pasada de la Cruz Blanca.
Quedamos en la plaza de la Constitución a las 20 horas (algunos lo hicimos una hora antes, en La Tasca, a tomar café con su correspondiente piñonate y que nuestro amigo Currini tuvo el detalle de traer).




Parada en una antigua fuente del pueblo.



Después de callejear un poco, salimos por  uno de los caminos que llevan al río.







Llegamos a las cercanías de la Charca de la Barca.










Los rayos de sol todavía iluminaban los riscos de Chinchilla.






Vista del río Hozgarganta desde el cao.

Curioso grafito de 1.785 (nombre y firma) sobre uno de los arcos del cao.




Las adelfas decorando el cauce del río.










La fuente de Regüé













 La piedra se hace camino.
A lo largo del paseo nos encontraremos con numerosos vestigios, de otras épocas, relacionados con el agua (depósitos, canalizaciones,..), con los molinos  y  con una antigua industria militar.
Sobre el viejo depósito todavía se conservan restos  de  su decoración.




Después de un apacible y tranquilo paseo llegamos a nuestra meta: La Peña Gorda. Aparece en medio del río mostrando su enorme lomo.





Los más veteranos recordaron viejos tiempos lanzándose desde su cima.
El amigo Currini, que seguramente en otra vida estuvo reencarnado en gato, huyó del agua.





Entre una cosa y otra el tiempo transcurrió ràpido.  Y nada más desaparecer la luz sobre los cerros, la Luna sacó sus cuernos a relucir.












Se reinició la marcha en dirección a la Pasada Blanca con la ayuda de nuestras linternas.
Y llegamos, sobre las once de la noche, a la Cruz Blanca...


Nuestro amigo Contreras sacó su famosa bota (de vino) para deleite del personal que no se opuso, lo más mínimo, a un uso racional de la misma.
Terminamos, en amigable tertulia,en la Bodega de Ana. Allí, entre cervecitas y montaditos, acabamos con relatos  de fantasmas y animales fantásticos, tan característicos de nuestros campos y pueblos.
EL ALICANTE (Información sobre el tema)

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