Esta vez, nos hemos trasladado a Nerja para realizar una refrescante ruta. Nuestra intención es seguir el sinuoso curso del río Chillar.
Después de un largo trayecto en autobús desde Jimena, nos dirigimos rápidamente, por la calle Mirto, hasta las afueras de la ciudad, en dirección al río.
Estamos entrando el el Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.
El río Chíllar es un río de largo recorrido cuyo nacimiento se encuentra en una cabecera abierta en forma de abanico, en la que se eleva la peña Piedra Sillada. En su trayecto, hunde su cauce a través de los mármoles de la sierra, formando cañones estrechos, hasta que finalmente el valle se abre al llegar a la Vega de Nerja.
En un primer tramo, el río presenta un amplio valle jalonado por cornisas de los depósitos de conglomerados, que forman covachas o cuevas.
El agua de un canal se desborda sobre el río
Pequeños escarabajos acuáticos
El valle se hace de pronto mucho más encajado, formando una garganta muy estrecha que incluso es más cerrada por arriba que cerca del lecho, de manera que en ocasiones la distancia entre ambas paredes no supera los 1,5 metros.
Decidimos parar en este punto del recorrido. El curso alto es poco frecuentado y más peligroso, sobre todo por sus acusados desniveles.
Un nacimiento en las cercanías del cauce
En estas claras aguas no hay peces.
Las sierras de Alhama, Tejeda y Almijara constituyen un impresionante macizo montañoso que forma barrera geográfica entre las provincias de Málaga y Granada.
Una última mirada desde el pueblo a esta imponente mole
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