El amigo Amarillo me propuso visitar el entorno ubriqueño. Había quedado con compañeros homo-bloguerus para fotografiar unos hincos de piedra de la época en la que esta zona era frontera entre cristianos y musulmanes. La cosa parecía interesante.
Pero él tenía también, en mente, otro objetivo como era el de explorar una zona de la Sierra de los Pinos que, en tiempos ya lejanos, había estado cubierta de pinsapos (constatado, por un viejo ingeniero de montes, en unos escritos). Solamente quedarían los tocones ya que habían sido talados.
Nos dirigimos a Ubrique y desde allí tomamos la carretera que lleva a Jimena con la intención de pasar por El Berrueco y, a continuación, internarnos por una pista forestal que discurre, por montes públicos, en dirección a Barrida.
Peñón del Berrueco
El día claro nos hizo disfrutar de unas esplendidas vistas.
Al fondo, La Silla
Echium albicans y Ballota hirsuta
Aquí, en esta zona, la primavera luce todas sus galas, todavía.
Cerastium gibraltaricum
El Hacho de Gaucín y algunos picos de Grazalema (quedo a la espera que el amigo Amarillo le ponga nombres)
Nigella damascena y Orobanche ramosa
Omphalodes y orégano blanco
Himantoglossum hircinum Ophrys apifera
Restos de chozos
Silene y Saxifraga globulifera
Stachys germanica L. subsp. cordigera y Stachys circinata
Silene andryalifolia
Crambe filiformis
Espectacular el paisaje
Crupina vulgaris
Al fondo, la larga silueta de la Sierra de las Cabras
Faltaba poco para llegar al Puerto del Alcornocalejo. Camino de los Contrabandistas.
Puerto del Alcornacalejo. Desde aquí emprendimos el camino de vuelta.
Sierra de Libar
Chaenorrhinum villosum
Phlomis crinita subsp. malacitana
Anacamptis pyramidalis y Serapia
Pepe y Amarillo, en plena bajada
Tajos de las Majadillas
Serratula alcalae
Terminamos tomando un café en una venta no muy lejos de El Berrueco.
Nuestro objetivo de encontrar los restos de los pinsapos no lo logramos, pero pasamos un buen día de senderos, paisajes y plantas.
Amarillo y Pepe fueron a buscar los hincos de piedra indicativos de la frontera entre musulmanes y cristianos. Había que seguir una pared. Me quedé con las ganas. Estaba ya un poco cansado y decidí quedarme.(El amigo Amarillo dará, en su blog, debida cuenta de este final)
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