Según el calendario maya, el 21 de diciembre termina una era que arrancó en el 3114 a. C. Para unos, es sólo un cambio de era. Para otros, el fin del mundo.
Giovanna Ferullo (EFE), panamá | Actualizado 18.12.2012 - 19:11
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La llegada de la nueva era maya el próximo viernes se celebrará en los países centroamericanos que sirvieron de asiento a esa antigua cultura prehispánica y también en otros, marcada por la polémica de si se trata del comienzo de nuevos tiempos o del temido apocalipsis.
Una era maya se compone de 13 ciclos, cada uno denominado B'aktun, y concluye cada 5.125 años según el calendario de cuenta larga de esa civilización, que habitó los territorios que ahora ocupan Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador y el sur de México, con una historia de aproximadamente 3.000 años. Según la visión maya, el 21 de diciembre culminará la era actual que arrancó en el 3114 a. C. y comenzará el B'aktun uno de la era siguiente, lo que ha motivado celebraciones gubernamentales y de organizaciones mayas en Centroamérica. Esas festividades, que incluyen rituales ancestrales, seminarios y eventos gastronómicos, entre otros, culminarán a medianoche del viernes con ceremonias en los sitios arqueológicos, a las que ya han anunciado su asistencia los presidentes de Guatemala y Honduras.
Pero el acontecimiento también ha sido entendido por algunos, erróneamente, como la llegada del fin del mundo, una teoría que ha sido rechazada por los herederos de la civilización prehispánica, por científicos e incluso la Iglesia católica. "El fin del período del quinto sol (que sucederá el 21 de diciembre de 2012) dará paso a una nueva era, en la que habrá cambios positivos en todos los sentidos para la humanidad", según han asegurado sacerdotes y guías espirituales mayas de Guatemala.
La Conferencia Nacional de Ministros de la Espiritualidad Maya de Guatemala Oxlajuj Ajpop, que ha organizado una serie de actos, ha insistido en el valor ceremonial y espiritual de la fecha. "No se trata del fin del mundo, sino del fin de un ciclo y el inicio de otro, así que no esperen a que les cuenten, vengan a Copán, que vivirá un espectáculo cultural", dijo la ministra hondureña de Turismo, Nelly Jerez. Copán, en el oeste hondureño, fue una influyente ciudad-estado maya del período Clásico, que va desde el 320 al 987 d. C., lo mismo que otras urbes como Tikal y Quiriguá, ambas en Guatemala.
Hasta El Vaticano ha tenido que salir al paso de la profecía del fin del mundo que se ha atribuido a los mayas, y el mismo director de la Specola Vaticana (Observatorio Astronómico), José Funes, ha adelantado que "por ahora" no habrá apocalipsis. "Según esa profecía, se verificaría una alineación de los planetas y del Sol con el centro de la Vía Láctea y una inversión de los polos magnéticos del campo terrestre. No vale la pena discutir la base científica de esas afirmaciones, obviamente falsas", señaló la semana pasada Funes en el diario vaticano L'Osservatore Romano.
Pero los adeptos a las teorías apocalípticas continúan preparándose y, por ejemplo, algunos están convencidos de que el pico de Bugarach, una cumbre de 1.231 metros situada en el sur de Francia, escapará al cataclismo del próximo 21 de diciembre. No está claro de dónde surgió la teoría, que circula por páginas web de todo el planeta, de que esa montaña puede servir de refugio, pero las autoridades francesas han decidido recientemente prohibir el acceso al lugar. En Alemania, por otra parte, la Orquesta Sinfónica de la ciudad de Dresden ofrecerá el Concierto para el fin de los tiempos, en el salón de actos de la Biblioteca Estatal de Sajonia, donde se guarda uno de los manuscritos mayas que contienen el famoso y controvertido calendario.
El arqueólogo estadounidense David Stuart ha asegurado que en sus jeroglíficos los mayas no hicieron ninguna profecía sino que escribieron acontecimientos de su propia historia en el siglo VII. Stuart forma parte del equipo de expertos que en junio pasado anunció el hallazgo en Guatemala de una piedra tallada hace unos 1.300 años y que desvela la culminación del 13 B'aktun este 21 de diciembre. La piedra, que se encontró en una escalinata de un sitio en Petén (Guatemala), es la segunda referencia que se descubre en la historia sobre el cambio del calendario maya, ya que la primera está en un lugar llamado el Tortuguero, en Tabasco, México.
Independientemente de la interpretación, la Organización Mundo Maya, que integra a México, Guatemala, Honduras, Belice y El Salvador, se prepara para aprovechar el tirón turístico que generará el cambio de era y espera un aumento de visitantes de más del 10 por ciento.
Una era maya se compone de 13 ciclos, cada uno denominado B'aktun, y concluye cada 5.125 años según el calendario de cuenta larga de esa civilización, que habitó los territorios que ahora ocupan Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador y el sur de México, con una historia de aproximadamente 3.000 años. Según la visión maya, el 21 de diciembre culminará la era actual que arrancó en el 3114 a. C. y comenzará el B'aktun uno de la era siguiente, lo que ha motivado celebraciones gubernamentales y de organizaciones mayas en Centroamérica. Esas festividades, que incluyen rituales ancestrales, seminarios y eventos gastronómicos, entre otros, culminarán a medianoche del viernes con ceremonias en los sitios arqueológicos, a las que ya han anunciado su asistencia los presidentes de Guatemala y Honduras.
Pero el acontecimiento también ha sido entendido por algunos, erróneamente, como la llegada del fin del mundo, una teoría que ha sido rechazada por los herederos de la civilización prehispánica, por científicos e incluso la Iglesia católica. "El fin del período del quinto sol (que sucederá el 21 de diciembre de 2012) dará paso a una nueva era, en la que habrá cambios positivos en todos los sentidos para la humanidad", según han asegurado sacerdotes y guías espirituales mayas de Guatemala.
La Conferencia Nacional de Ministros de la Espiritualidad Maya de Guatemala Oxlajuj Ajpop, que ha organizado una serie de actos, ha insistido en el valor ceremonial y espiritual de la fecha. "No se trata del fin del mundo, sino del fin de un ciclo y el inicio de otro, así que no esperen a que les cuenten, vengan a Copán, que vivirá un espectáculo cultural", dijo la ministra hondureña de Turismo, Nelly Jerez. Copán, en el oeste hondureño, fue una influyente ciudad-estado maya del período Clásico, que va desde el 320 al 987 d. C., lo mismo que otras urbes como Tikal y Quiriguá, ambas en Guatemala.
Hasta El Vaticano ha tenido que salir al paso de la profecía del fin del mundo que se ha atribuido a los mayas, y el mismo director de la Specola Vaticana (Observatorio Astronómico), José Funes, ha adelantado que "por ahora" no habrá apocalipsis. "Según esa profecía, se verificaría una alineación de los planetas y del Sol con el centro de la Vía Láctea y una inversión de los polos magnéticos del campo terrestre. No vale la pena discutir la base científica de esas afirmaciones, obviamente falsas", señaló la semana pasada Funes en el diario vaticano L'Osservatore Romano.
Pero los adeptos a las teorías apocalípticas continúan preparándose y, por ejemplo, algunos están convencidos de que el pico de Bugarach, una cumbre de 1.231 metros situada en el sur de Francia, escapará al cataclismo del próximo 21 de diciembre. No está claro de dónde surgió la teoría, que circula por páginas web de todo el planeta, de que esa montaña puede servir de refugio, pero las autoridades francesas han decidido recientemente prohibir el acceso al lugar. En Alemania, por otra parte, la Orquesta Sinfónica de la ciudad de Dresden ofrecerá el Concierto para el fin de los tiempos, en el salón de actos de la Biblioteca Estatal de Sajonia, donde se guarda uno de los manuscritos mayas que contienen el famoso y controvertido calendario.
El arqueólogo estadounidense David Stuart ha asegurado que en sus jeroglíficos los mayas no hicieron ninguna profecía sino que escribieron acontecimientos de su propia historia en el siglo VII. Stuart forma parte del equipo de expertos que en junio pasado anunció el hallazgo en Guatemala de una piedra tallada hace unos 1.300 años y que desvela la culminación del 13 B'aktun este 21 de diciembre. La piedra, que se encontró en una escalinata de un sitio en Petén (Guatemala), es la segunda referencia que se descubre en la historia sobre el cambio del calendario maya, ya que la primera está en un lugar llamado el Tortuguero, en Tabasco, México.
Independientemente de la interpretación, la Organización Mundo Maya, que integra a México, Guatemala, Honduras, Belice y El Salvador, se prepara para aprovechar el tirón turístico que generará el cambio de era y espera un aumento de visitantes de más del 10 por ciento.
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