Jimena de la Frontera

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sábado, 8 de diciembre de 2012

BALNEARIOS: EL PLACER DE SUMERGIRSE EN AGUAS NATURALES CON PROPIEDADES SALUDABLES



FOTOS: CURRINI-- TERMAS ROMANAS: BAÑOS DE MONTEMAYOR

Al ajetreado ritmo de vida, propicia que cada vez sean más las personas que busquen en los balnearios un respiro de salud. Estas instalaciones se caracterizan por ser entornos agradables, generalmente rodeados de naturaleza y que invitan al descanso y al relax, pero su principal atractivo son las propiedades medicinales de sus aguas, que sirven para tratar dolencias o prevenirlas.


Balneario Blancafort
Balneario Blancafort
El turismo de salud, que tan de moda está últimamente, tiene que ver con la necesidad de esta sociedad del estrés de encontrar un hueco para la tranquilidad, el descanso y el bienestar. Como centro neurálgico de esta alternativa de ocio, se encuentran los balnearios, que son establecimiento que dispone de aguas minero-medicinales, declaradas de Utilidad Pública, y servicio médico que prescribe los tratamientos e instalaciones adecuadas. Además, estos centros cuentan con un ambiente donde la naturaleza suele jugar un papel importante.

Pero sin duda, el objetivo primordial cuando se visita un balneario es sumergirse en sus aguas medicinales para aprovechar todas las cualidades beneficiosas que los expertos consideran que puede aportar a nuestro organismo.

Según la Asociación Nacional de Balnearios (ANBAL), las aguas minero-medicinales que se emplean en estas instalaciones están constituidas por una solución de elementos minerales que les proporcionan una serie de propiedades. Dependiendo de su composición, cada tipo de agua ejerce una acción diferente sobre el organismo. Por tanto, todos los balnearios no son iguales y no en todos ellos se tratan las mismas dolencias.

La ANBAL establece la siguiente clasificación: las aguas sódicas son estimulantes; las solfeadas tienen una acción beneficiosa sobre la piel, el aparato respiratorio y locomotor; las ferruginosas son ricas en hierro, favorecen la regeneración de la sangre, mejoran los casos de anemia y actúan positivamente sobre las enfermedades de la piel, además de colaborar con los regímenes adelgazantes; las radioactivas, tienen efecto analgésico para combatir el estrés, la ansiedad y las depresiones; las sulfatadas son laxante y diuréticas; las bicarbonatadas resultan aconsejables para problemas del aparato digestivo; y las carbónicas estimulan el apetito y favorecen el buen funcionamiento del aparato circulatorio.

En cuanto a la duración recomendada de un tratamiento balneoterápico, esta entidad explica que “cuando utilizamos el balneario para tratar determinados tipos de dolencias, para que sea eficaz, lo recomendable es entre 14 y 21 días de tratamiento. Pero cuando lo que se pretende es aliviar el estrés o descansar, los días de tratamiento pueden ser menores”.

Balneario de Archena
Balneario de Archena
Un alivio para las enfermedades reumatológicas
El agua termal beneficia de diversas maneras a aquellas personas que padecen una enfermedad reumática. Como asegura el portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y reumatólogo del Hospital Universitario de Guadalajara, Jesús Tornero, además de su composición favorable, tiene una temperatura igual o superior a 20o C, lo que favorece la reducción del dolor y aumenta la satisfacción del paciente.

Entre las razones que explican estos beneficios, el doctor Tornero describe: “la relajación muscular inducida por el calor; la disminución de la inflamación, se ha comprobado que permanecer 60 minutos en el agua termal disminuye la circunferencia de articulaciones inflamadas en los dedos de las manos en pacientes con artritis reumatoide; la reducción de la sensación dolorosa debido a los efectos de la presión hidrostática y la temperatura sobre las terminaciones nerviosas de las articulaciones; o algunas sustancias contenidas en el agua, como por ejemplo el radon, que podrían absorberse por la piel o inhalarse y tener un efecto analgésico e inflamatorio. Asimismo, en algunos estudios, se ha encontrado disminución en la sangre de sustancias que favorecen la inflamación (PGE2) o aumento de las que causan sensación de bienestar y analgesia (endorfinas)”.
Este experto aconseja tomar baños en este tipo de aguas una vez cada 6 o 12 meses. Y, en general, sesiones que no superen los 60 o 90 minutos.

Además de para los baños, estas aguas son muy interesantes para la práctica de ejercicios, “porque se piensa que el efecto beneficioso del agua termal, se acrecienta con la realización de movimientos y ejercicios dentro de la misma”, indica Tornero.

Balneario de Archena
Balneario de Archena
Aguas termales para la piel
Las aguas termales por si mismas pueden mejorar la piel y calmar ciertas inflamaciones y ayudan a hidratarla. Las más útiles para el tratamiento de las enfermedades dermatológicas son las aguas sulfatadas y sulfurosas, que tienen azufre; las silicatadas, que incluyen sílice; y silicatos o las saladas, que contiene cloruro sódico, ya que estos minerales proporcionan efectos antiinflamatorios que ayudan a calmar el picor y mejorar las dermatosis.

Por esta misma razón, no todos los balnearios están indicados para las enfermedades de la piel o disponen de los tratamientos para ellas. “Para el cuidado de la dermis y tratamiento de algunas enfermedades cutáneas la balnearioterapia comprende los baños en aguas minero-medicinales, en aguas termales y algunos tratamientos, como la aplicación de barros, compresas húmedas, duchas, etc. que aplica el personal especializado. Pero antes de acudir a un balneario es importante comprobar que sus aguas están indicadas para la enfermedad que se tiene y que están especializados en curas para la piel y sus enfermedades”, aconseja el vicepresidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), Miquel Ribera.

También hay que tener en cuenta que la terapia termal no se emplea como una alternativa al tratamiento con medicamentos, “sino que se integra en el enfoque médico que permite, en ocasiones, usar menos medicamentos, por ejemplo disminuir el uso de dermocorticoides, y mejorar la calidad de vida de los enfermos. En caso de enfermedades en fase activa, en primer lugar, se usan tratamientos farmacológicos, que luego se complementan con las curas termales”, explica el doctor Ribera.

Tratamientos dérmicos efectivos
La balnearioterapia debe contemplarse como un complemento a los tratamientos de distintas enfermedades. Los baños por si solos no suelen ser suficientes para controlar la mayoría de enfermedades; además, es aconsejable que se realicen determinados tratamientos, “y nunca se olvide la aplicación posterior al baño de cremas emolientes para la piel”, indica el vicepresidente de la AEDV.

Las enfermedades en las que están indicados estos tipos de tratamientos son la psoriasis y los eczemas, sobre todo el eczema atópico y los eczemas seniles relacionados con la piel seca, y la dermatitis seborreica. “También mejoran todas las enfermedades cutáneas en las que el estrés y el componente psicosomático juega un papel importante, en este caso no sólo debido a la composición del agua, sino por la relajación y desconexión con el entorno habitual que supone la estancia en un en un ambiente relajante y agradable como es un balneario y los baños”, señala el doctor Ribera.

Y es que los balnearios sirven tanto para tratar dolencias o prevenirlas como para darse un respiro y recargar energía, en plena naturaleza, rodeados de silencio y paz, huyendo de la vida estresante de las ciudades y disfrutando de unas auténticas vacaciones de salud.
FUENTE: "SENDA- SENIOR"

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