El ciclo de sequía obliga a posponer la saca para evitar daños a los alcornoques que condicionen su supervivencia · La Junta invierte 8,2 millones en 10 años para generar hasta 4 millones de árboles
A. R. / Algeciras | Actualizado 26.11.2012 - 01:00
El parque natural de Los Alcornocales se enfrenta a uno de los retos más importantes de su existencia, garantizar la supervivencia de la masa de alcornoques ante el asedio de los dos grandes problemas históricos: la falta de regeneración natural de la masa boscosa y la enfermedad de la seca.
Un ejemplar de alcornoque puede llegar hasta los 300 años, pero la acción extractiva del corcho -en el argot, la pela- reduce la esperanza de vida a prácticamente la mitad. Habida cuenta de que la saca de la corteza es una práctica ancestral en los montes del parque, la masa boscosa se enfrenta a un proceso de envejecimiento al que entidades como la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía tratan de poner freno con acciones de regeneración y concienciación entre los propietarios privados.
Pero los problemas nunca vienen solos. Los ciclos de sequía, cada vez más frecuentes, agravan la situación fitosanitaria de los árboles y obligan a extremar las precauciones en las operaciones de descorche; o directamente, a no llevarlas a cabo como ha sucedido en numerosas fincas durante el pasado verano. De hecho, la situación de la considerada como la última selva del Mediterráneo fue abordada por la Junta Rectora del parque natural en su último encuentro, celebrado en Los Barrios a principios de noviembre.
Los técnicos de la Junta expusieron el balance de la campaña corchera 2012 que registra unas caídas de la producción del 13% en Los Barrios, un 18% en Castellar o el 62% en Jimena sobre las estimaciones iniciales ya que el déficit hídrico de la corteza hizo posponer la saca. Las placas de corcho en caso de fragmentarse durante el desbornizado al carecer de humedad devalúan el producto.
En la zona norte del parque los porcentajes son sensiblemente superiores llegando incluso al 93% en San José del Valle. En conjunto, la producción de corcho del pasado verano ha ascendido a 6.621.083 kilos en las fincas privadas y a 884.089 kilos en las públicas; un dato que supone un descenso del 48% respecto al balance de 2003 en el caso de las extensiones particulares (en 2003 fueron 12 millones de kilogramos) y del 71% en el ámbito público. En total, según los cálculos de la Junta, se han perdido 7.416 jornales de trabajo sólo en el Campo de Gibraltar.
¿Cómo afrontar este duro revés para la economía rural? Al margen de medidas a corto plazo, para los técnicos de medio ambiente resulta fundamental promover el relevo generacional para afrontar la progresiva pérdida de la masa boscosa. Un ejemplar de alcornoque puede ser desbornizado por primera vez a los 40 o 50 años de vida, lo que obliga a acelerar el ritmo de las medidas con el fin de "llegar a tiempo".
Rafael Sánchez, técnico de la Consejería de Medio Ambiente, señala que la mera repoblación no resulta suficiente, siendo el camino adecuado la regeneración. Esto es, que sean las propias bellotas las que den lugar a nuevos ejemplares y que éstos crezcan en zonas aisladas de la fauna (ciervos, principalmente) que encuentran en los brotes de alcornoque un suculento manjar.
Con este fin, la Consejería de Medio Ambiente diseñó en 2001 el plan Suber, que preveía la regeneración de 6.000 hectáreas, aproximadamente un 30 % de la superficie de los montes públicos de Los Alcornocales en un plazo de diez años. Los trabajos comenzaron en el otoño de 2001 de manera experimental con plantaciones en La Teja (Los Barrios); se extendieron en el otoño de 2002 y han continuado hasta hoy. Diez años después se han repoblado más de dos millones de plantas y otras tantas de bellotas, lo que suma un total de 4 millones de futuros árboles. Estos trabajos han supuesto una inversión de 8,2 millones de euros, según la Junta, a los que hay que añadir medidas complementarias para la supervisión del proyecto y trabajos silvícolas con el fin de garantizar la supervivencia de los ejemplares.
La iniciativa es considerada como muy positiva por la administración regional. Incluso obtuvo en 2011 un premio nacional concedido por la Fundación Fernando González Bernáldez y Europarc-España, con el apoyo de la Fundación Biodiversidad. El proyecto premiado se ciñe a los años 2005-2007 sobre once montes públicos de Algeciras y Los Barrios. En aquellos años se efectuaron labores de regeneración integral en la zona de Majadal Alto (Algeciras) y las barreñas ucarrete, Cuevas del Hospital, El Palancar y Las Presillas, Faldas del Rubio, Las Beatas, Los Garlitos, Mogea Conejo, Mogea Luenga y Tajos del Administrador. Supuso una inversión total de 1.079.688,70 euros para la restauración, mediante siembra y plantación, de alcornoques, quejigos, acebuches, laureles, acebos y alisos de zonas degradadas.
Sólo con esta visión a largo plazo, sostienen los técnicos, podrá evitarse un perjuicio aún mayor que el mero hecho de perder una campaña.
Un ejemplar de alcornoque puede llegar hasta los 300 años, pero la acción extractiva del corcho -en el argot, la pela- reduce la esperanza de vida a prácticamente la mitad. Habida cuenta de que la saca de la corteza es una práctica ancestral en los montes del parque, la masa boscosa se enfrenta a un proceso de envejecimiento al que entidades como la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía tratan de poner freno con acciones de regeneración y concienciación entre los propietarios privados.
Pero los problemas nunca vienen solos. Los ciclos de sequía, cada vez más frecuentes, agravan la situación fitosanitaria de los árboles y obligan a extremar las precauciones en las operaciones de descorche; o directamente, a no llevarlas a cabo como ha sucedido en numerosas fincas durante el pasado verano. De hecho, la situación de la considerada como la última selva del Mediterráneo fue abordada por la Junta Rectora del parque natural en su último encuentro, celebrado en Los Barrios a principios de noviembre.
Los técnicos de la Junta expusieron el balance de la campaña corchera 2012 que registra unas caídas de la producción del 13% en Los Barrios, un 18% en Castellar o el 62% en Jimena sobre las estimaciones iniciales ya que el déficit hídrico de la corteza hizo posponer la saca. Las placas de corcho en caso de fragmentarse durante el desbornizado al carecer de humedad devalúan el producto.
En la zona norte del parque los porcentajes son sensiblemente superiores llegando incluso al 93% en San José del Valle. En conjunto, la producción de corcho del pasado verano ha ascendido a 6.621.083 kilos en las fincas privadas y a 884.089 kilos en las públicas; un dato que supone un descenso del 48% respecto al balance de 2003 en el caso de las extensiones particulares (en 2003 fueron 12 millones de kilogramos) y del 71% en el ámbito público. En total, según los cálculos de la Junta, se han perdido 7.416 jornales de trabajo sólo en el Campo de Gibraltar.
¿Cómo afrontar este duro revés para la economía rural? Al margen de medidas a corto plazo, para los técnicos de medio ambiente resulta fundamental promover el relevo generacional para afrontar la progresiva pérdida de la masa boscosa. Un ejemplar de alcornoque puede ser desbornizado por primera vez a los 40 o 50 años de vida, lo que obliga a acelerar el ritmo de las medidas con el fin de "llegar a tiempo".
Rafael Sánchez, técnico de la Consejería de Medio Ambiente, señala que la mera repoblación no resulta suficiente, siendo el camino adecuado la regeneración. Esto es, que sean las propias bellotas las que den lugar a nuevos ejemplares y que éstos crezcan en zonas aisladas de la fauna (ciervos, principalmente) que encuentran en los brotes de alcornoque un suculento manjar.
Con este fin, la Consejería de Medio Ambiente diseñó en 2001 el plan Suber, que preveía la regeneración de 6.000 hectáreas, aproximadamente un 30 % de la superficie de los montes públicos de Los Alcornocales en un plazo de diez años. Los trabajos comenzaron en el otoño de 2001 de manera experimental con plantaciones en La Teja (Los Barrios); se extendieron en el otoño de 2002 y han continuado hasta hoy. Diez años después se han repoblado más de dos millones de plantas y otras tantas de bellotas, lo que suma un total de 4 millones de futuros árboles. Estos trabajos han supuesto una inversión de 8,2 millones de euros, según la Junta, a los que hay que añadir medidas complementarias para la supervisión del proyecto y trabajos silvícolas con el fin de garantizar la supervivencia de los ejemplares.
La iniciativa es considerada como muy positiva por la administración regional. Incluso obtuvo en 2011 un premio nacional concedido por la Fundación Fernando González Bernáldez y Europarc-España, con el apoyo de la Fundación Biodiversidad. El proyecto premiado se ciñe a los años 2005-2007 sobre once montes públicos de Algeciras y Los Barrios. En aquellos años se efectuaron labores de regeneración integral en la zona de Majadal Alto (Algeciras) y las barreñas ucarrete, Cuevas del Hospital, El Palancar y Las Presillas, Faldas del Rubio, Las Beatas, Los Garlitos, Mogea Conejo, Mogea Luenga y Tajos del Administrador. Supuso una inversión total de 1.079.688,70 euros para la restauración, mediante siembra y plantación, de alcornoques, quejigos, acebuches, laureles, acebos y alisos de zonas degradadas.
Sólo con esta visión a largo plazo, sostienen los técnicos, podrá evitarse un perjuicio aún mayor que el mero hecho de perder una campaña.
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