Para el próximo domingo 12 de agosto se prevén cientos de meteoroides, de los cuales unos 15 meteoros serán visibles por hora, tras la puesta de sol en las zonas alejadas de la contaminación lumínica.
M. Teresa Fernández | Actualizado 10.08.2012 - 07:46
Como cada año, las noches de verano se aprovechan para mirar al cielo y descubrir uno de los grandes espectáculos que ofrece la naturaleza. Las perseidas o lágrimas de San Lorenzo tendrán el máximo de meteoros visibles la noche del domingo 12 de agosto, con una previsión que ronda las 15 estrellas fugaces por hora, según informa la Federación Astronómica Cielo de Comellas.
La lluvia de estrellas, conocidas como perseidas, son en realidad restos del cometa Swift-Tuttle, que dejó su rastro de meteoroides al orbitar cerca del sistema solar. El efecto de estrella fugaz se produce cuando los restos microscópicos colisionan contra la atmósfera terrestre, quemándose y dejando un rastro luminoso tras de sí. Según la Sociedad de Observadores de Meteoros y Cometas de España (Somyce), la diferencia entre meteoroides y meteoros radica en que el primero es la partícula en el espacio que choca contra la atmósfera y el segundo es el rastro que deja, y que sería el haz de luz conocido como estrella fugaz.
Durante todo el año existen diversas lluvias de estrellas, siendo la más conocida la que se produce en verano, debido a la facilidad de su visión por estar el cielo descubierto y por el mayor número de meteoros que se pueden observar. El nombre de perseidas lo recibe por la constelación de la que surge su radiante. Así, el punto del que parecen surgir todos los meteoros es la Constelación de Perseo, junto a Casiopea. Con este dato es más fácil observar esta lluvia de estrellas, pues sitúa un punto de referencia desde el que estimar la magnitud y dirección de los destellos luminosos, pudiéndose definir con un mapa astronómico.
La órbita que recorre el cometa Swift-Tuttle proviene de la nube de Oorts, rodeando de forma elíptica al Sol. La última vez que se calcula que pasó cerca de nuestra órbita fue en 1992, por lo que en 2012 se cumplen 20 años de su transcurso cerca de la Tierra.
Los meteoros comienzan a ser visibles a 120 kilómetros de altura, cuando la fricción con la atmósfera los calienta y los pone incandescentes. El tubo de meteoros está en continuo movimiento, de modo que las partículas microscópicas desprendidas por el cambio de temperaturas sobre la corteza del cometa no paran de moverse facilitando su colisión con la Tierra.
Para este año, el cielo de agosto se presenta descubierto, concretándose el mayor número de estrellas fugaces entre las noches del 17 de julio y al 24 de agosto, siendo la noche del 12, tras la puesta de sol, cuando mayor número de meteoroides se prevé que colisionen con la Tierra. Esa noche la Luna menguante saldrá por el horizonte Este en torno a las 2:45 de la madrugada, aunque gracias a su tamaño no dificultará la visión del espectáculo celeste.
José Antonio Pleguezuelo y Francisco Cordero, astrónomos pertenecientes a la Federación Cielo de Comellas, exponen las recomendaciones para disfrutar de la lluvia de estrellas, que consisten en alejarse de los núcleos urbanos, preferiblemente al campo y lejos de cualquier tipo de luz artificial, y observar el cielo en posición horizontal. Si fuera necesario consultar algún mapa astronómico o mantener alguna luz encendida, ésta debe tener un filtro de color rojo, pues es el que menos afecta a las pupilas. Estos dos astrónomos también recalcan la necesidad de llevar ropa de abrigo para la noche, así como algún refrigerio, preferiblemente no alcohólico, ya que esta sustancia reduce la capacidad visual. La posición correcta para observar este fenómeno es tumbado con la cabeza dirigida al noreste, pues es la zona donde se sitúa la constelación de Perseo, ya que desde el centro de esta constelación es donde se contemplan menos estrellas fugaces.
Otra forma de contabilizar los meteoros es a través de un sistema de radio vinculado con un programa de ordenador. Cada vez que un meteoro impacta contra la atmósfera produce un chasquido que se puede registrar en una frecuencia con un equipo de radioaficionado. Cada chasquido significa una estrella fugaz que no tiene por qué ser vista, pero que se ha producido. El total de chasquidos es lo que cada año recogen los astrónomos y exponen como meteorides impactados.
La Red Andaluza de Astronomía y la Federación de Asociaciones Astronómicas Cielo de Comellas organizan la noche del 12 de agosto una visita para contemplar la lluvia de estrellas desde la Finca forestal del Berrocal, en Almadén de la Plata. La excursión requiere inscripción de los interesados, pues mantiene un aforo máximo de 200 personas. Para formalizar la inscripción, los participantes deben registrarse en la web blog.cielodecomellas.org. Desde la organización se pondrán a disposición del público telescopios y material para observar otros fenómenos astronómicos.
Este año el seguimiento de las perseidas será de mejores condiciones respecto al año pasado, gracias a la ausencia de la Luna que hará su aparición más tarde, y a la mayor previsión de meteoroides que impactarán contra la Tierra.
La lluvia de estrellas, conocidas como perseidas, son en realidad restos del cometa Swift-Tuttle, que dejó su rastro de meteoroides al orbitar cerca del sistema solar. El efecto de estrella fugaz se produce cuando los restos microscópicos colisionan contra la atmósfera terrestre, quemándose y dejando un rastro luminoso tras de sí. Según la Sociedad de Observadores de Meteoros y Cometas de España (Somyce), la diferencia entre meteoroides y meteoros radica en que el primero es la partícula en el espacio que choca contra la atmósfera y el segundo es el rastro que deja, y que sería el haz de luz conocido como estrella fugaz.
Durante todo el año existen diversas lluvias de estrellas, siendo la más conocida la que se produce en verano, debido a la facilidad de su visión por estar el cielo descubierto y por el mayor número de meteoros que se pueden observar. El nombre de perseidas lo recibe por la constelación de la que surge su radiante. Así, el punto del que parecen surgir todos los meteoros es la Constelación de Perseo, junto a Casiopea. Con este dato es más fácil observar esta lluvia de estrellas, pues sitúa un punto de referencia desde el que estimar la magnitud y dirección de los destellos luminosos, pudiéndose definir con un mapa astronómico.
La órbita que recorre el cometa Swift-Tuttle proviene de la nube de Oorts, rodeando de forma elíptica al Sol. La última vez que se calcula que pasó cerca de nuestra órbita fue en 1992, por lo que en 2012 se cumplen 20 años de su transcurso cerca de la Tierra.
Los meteoros comienzan a ser visibles a 120 kilómetros de altura, cuando la fricción con la atmósfera los calienta y los pone incandescentes. El tubo de meteoros está en continuo movimiento, de modo que las partículas microscópicas desprendidas por el cambio de temperaturas sobre la corteza del cometa no paran de moverse facilitando su colisión con la Tierra.
Para este año, el cielo de agosto se presenta descubierto, concretándose el mayor número de estrellas fugaces entre las noches del 17 de julio y al 24 de agosto, siendo la noche del 12, tras la puesta de sol, cuando mayor número de meteoroides se prevé que colisionen con la Tierra. Esa noche la Luna menguante saldrá por el horizonte Este en torno a las 2:45 de la madrugada, aunque gracias a su tamaño no dificultará la visión del espectáculo celeste.
José Antonio Pleguezuelo y Francisco Cordero, astrónomos pertenecientes a la Federación Cielo de Comellas, exponen las recomendaciones para disfrutar de la lluvia de estrellas, que consisten en alejarse de los núcleos urbanos, preferiblemente al campo y lejos de cualquier tipo de luz artificial, y observar el cielo en posición horizontal. Si fuera necesario consultar algún mapa astronómico o mantener alguna luz encendida, ésta debe tener un filtro de color rojo, pues es el que menos afecta a las pupilas. Estos dos astrónomos también recalcan la necesidad de llevar ropa de abrigo para la noche, así como algún refrigerio, preferiblemente no alcohólico, ya que esta sustancia reduce la capacidad visual. La posición correcta para observar este fenómeno es tumbado con la cabeza dirigida al noreste, pues es la zona donde se sitúa la constelación de Perseo, ya que desde el centro de esta constelación es donde se contemplan menos estrellas fugaces.
Otra forma de contabilizar los meteoros es a través de un sistema de radio vinculado con un programa de ordenador. Cada vez que un meteoro impacta contra la atmósfera produce un chasquido que se puede registrar en una frecuencia con un equipo de radioaficionado. Cada chasquido significa una estrella fugaz que no tiene por qué ser vista, pero que se ha producido. El total de chasquidos es lo que cada año recogen los astrónomos y exponen como meteorides impactados.
La Red Andaluza de Astronomía y la Federación de Asociaciones Astronómicas Cielo de Comellas organizan la noche del 12 de agosto una visita para contemplar la lluvia de estrellas desde la Finca forestal del Berrocal, en Almadén de la Plata. La excursión requiere inscripción de los interesados, pues mantiene un aforo máximo de 200 personas. Para formalizar la inscripción, los participantes deben registrarse en la web blog.cielodecomellas.org. Desde la organización se pondrán a disposición del público telescopios y material para observar otros fenómenos astronómicos.
Este año el seguimiento de las perseidas será de mejores condiciones respecto al año pasado, gracias a la ausencia de la Luna que hará su aparición más tarde, y a la mayor previsión de meteoroides que impactarán contra la Tierra.
EUROPASUR
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