Después de nuestro recorrido por las Salinas de Hortales, y de reponer fuerzas en a Venta "Los Molinos", nuestro objetivo era visitar las ruinas de IPTUCI que quedaban a tiro de piedra. No lo dudamos, a pesar del calorcillo y de la hora del mediodía que era (para los "picaítos" de estos avatares esto no es problema).
Cogimos el coche en dirección a El Bosque. Nos desviamos, a la derecha, por la carretera que lleva a Algar.
Nuestro temor era que la cancela de entrada estuviera cerrada. Tuvimos suerte. Dejamos el coche unos metros arriba y emprendimos la marcha. El calor apretaba, aunque, tal como subíamos, una ligera brisa hacía más llevadera la caminata.
Ya estuve por aquí, hace unos años. El terreno actualmente está lleno de matojos y da la impresión de abandono. Los caminos casi perdidos. En fin, qué quiere que le diga.
J. Manuel y su afición a los carteles.
Arqueológicamente, hoy en día se pueden apreciar escasos restos constructivos romanos, a excepción de una necrópolis con hipogeos excavados en la roca en una de las faldas del cerro, un par de aljibes con revestimiento hidráulico de "opus signinum"
Restos de un aljibe
En época romana, esta ciudad, tuvo gran importancia estratégica y económica ( poseía moneda propia).Los materiales recogidos por los arqueólogos en 1993-1994 autorizan a afirmar la existencia de un asentamiento en la Edad del Bronce y de otro en la época de los iberos, período al que puede que pertenezca la base de la estructura urbana.
(El perfil de Hércules o de un guerrero por una cara y una rueda por otro, en cuyos radios aparece grabada cada una de las letras de su nombre). Su período de esplendor hay que situarlo entre los siglos I y II d.C.
De esa época, dos inscripciones, aportan datos interesantes. Una de ellas es un cippus que se encuentra empotrado en una pared de la iglesia de Prado del Rey.
Se dice en ella que "Fabia Fabiana, hija de Cayo, dispuso en su testamento que en lugar público se le erigiese una estatua. Así lo ha cumplido su hermano Fabio Montano y ha dedicado la estatua en el lugar que le fue otorgado por el esplendísimo ayuntamiento de Iptuci". Iptuci llegó a convertirse en municipio tras la concesión de latinidad por Vespasiano.
Otra inscripción interesante es el conocido como Bronce de Iptuci. Es un fragmento de tabula de bronce fechado en el año 31 d.C., donde se cita un hospitium (una especie de hermanamiento contractual) entre las ciudades de "Iptuci" y "Ucubi" (hoy día identificada como Espejo, en Córdoba), firmada por los consules y magistrados romanos.
También han aparecido aquí restos de cerámica de época almohade.
Destacando dos grandes jarrones de abluciones, vidriados y con decoración estampillada que han sido recientemente restaurados, fechables en el siglo XII.
Unas "razzias" o incursiones rápidas de tropas cristiana en tierra mora destruyó la ciudad musulmana sucesora de la Iptuci romana. En esta época -bajo el reinado de Alfonso VII- comenzó la decadencia de la ciudad, que pudo seguir habitada por un pequeño grupo humano hasta el siglo XV.
Las excavaciones arqueológicas dirigidas por Concepción Jiménez Pérez pusieron al descubierto en 1994 un verdadero castillo-fortaleza nazarí.
Se ha localizado la necrópolis hispano-musulmana en la ladera sureste del cerro. Se documentaron en total 47 enterramientos de inhumación en fosa simple, excavados en la marga, con el individuo en posición decúbito lateral derecho y orientados al Este, siguiendo el rito islámico.
Hay zonas donde abundan restos de vasijas. Me imagino que tendrán poco valor. Fotografié algunas.
Este fragmento de vasija era el mayor. Su interior aparece rayado.
Borde superior de la vasija
"culos", con perdón, de otras vasijas
Aquí han aparecido cerámicas neolíticas, incluidas las cardiales (se utilizaban las conchas de unos bivalvos denominados cardium para realizar dibujos)
Asparagus acutifolius L.
Torreón circular
Murallas de la época andalusí
Hoy es posible contemplar los restos de entrada "en codo" de doble portada, que poseía una finalidad defensiva, flanqueada por dos torreones, uno de ellos cuadrado, y ambos construidos con relleno de piedra maciza y con terraza en su parte superior.
La construcción de Iptuci es una auténtica torre-fortaleza, lo que la diferencia de otras estructuras conocidas en las proximidades (Aznalmara, Pajarete...), que responden a la tipología de simple torre fortificada. Tiene una superficie exterior de unos 1.600 metros cuadrados e interior de unos 1.000.
Esta fortaleza andalusí está compuesta por un recinto cuadrangular de murallas, construidas con piedras irregulares y relleno de mortero y ripios, que tiene una entrada en codo en su lado norte y diversos torreones, de los que se conservan relativamente bien dos, uno circular y otro cuadrado. En la construcción de estas murallas y torres se reutilizaron sillares y mármoles de época romana.
Desde este magnífico otero que es Cabezo de Hortales, pudimos observar el entorno natural que nos rodeaba.
El Bosque
Sierra de Grazalema
Las salinas de Hortales
Prado del Rey
La Silla
El Pantano de los Hurones
Bornos
Mantisalca Salmantica o hierba de las escobas
Senecio jacobaea
Curiosa araña que lleva bajo el abdomen a su prole.
Estramonio
Esta fenomenal escapada finalizó con un pequeño susto. La cancela, al salir la encontramos cerrada y aparentemente con el candado echado. Desde aquí, un saludo de agradecimiento a la persona que tan amablemente nos permitió el paso.
Como el hambre apretaba, nos paramos en la Venta Plata, en el cruce a Prado del Rey.
Un último vistazo al Cabezo de Hortales
Parte de la información la he obtenido de un ARTICULO ( clique)del arqueòlogo Luis Javier Guerrero Misa
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