La sorpresa con mayúsculas que se llevó Santos ocurrió hace un par de semanas cuando halló este calamar de hace 144 millones de años con un buen puñado de cristales de pirita.
El fósil está perfecta y detalladamente piritizado. El profesor de Biología Federico Sánchez Tundidor, amigo del descubridor, explicó a ese diario que en la boca tiene un abultamiento que taparía los tentáculos, unos diez, que nunca fosiliza. Por su densidad se ve que los tabiques y el interior están completamente estructurados en pura pirita férrica y se puede identificar como un excepcional y perfecto Neocomites neocomiensis. Los animales fosilizan uno de cada cien millones y sólo un animal de cada mil millones fosiliza en piritas, de ahí su extraordinario valor.
Este típico y preciosísimo ammonites es corriente entre el Jurásico y el Cretácico, en las sierras béticas y en el complejísimo y singular Arco del Campo de Gibraltar, calificado según algunos geólogos como la zona más compleja del planeta. De ahí el interés que geólogos ingleses y franceses en esta zona.
Este calamar vivió en aguas someras y al morir fue sepultado inmediatamente en tierras con mucha materia orgánica marina y en ausencia total de oxígeno por eso fosilizó rápida y directamente en pirita, al parecer estable y de un grano finísimo. Sánchez Tundidor habla de este hallazgo como un hecho excepcional por ser bastante grande para su especie.
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