Este viernes pasado nos hemos desplazado a Benalup (Ambro, Mónica, Juan y José Manuel). Allí nos esperaba un amigo de Juan (Leandro), que nos serviría de guía por esta ruta. Quedamos en la Venta Enrique, en Las Lagunetas. Después de un buen desayuno nos dirigimos a la finca Las Gargantillas.
Esta zona es rica en cuevas con pinturas rupestres. También abundan las enigmáticas tumbas antropomórficas, que ya hemos tenido la ocasión de ver en Jimena, en Naveros, Garganta El Cuerno, Bacinete,...
Al poco tiempo de iniciar la ruta, y cercano al camino, pudimos contemplar numerosas tumbas. Eran de varios tamaños. Me llamó la atención que estuvieran en un lugar tan llano. Hasta ahora, siempre las había visto en lugares más abruptos.
Esta es la zona conocida como Abadía, donde se encuentran las tumbas.
Las Gargantillas
Por lo que observamos, en este lugar siguió la tradición de excavar la piedra de arenisca.Según Leandro, el uso que se le daba hace algún tiempo estaba relacionado con la apicultura.
Aquí hicimos un pequeño descanso
El amigo Amarillo, tiró de cartografía. Barajamos distintas opciones. Nos decantamos por seguir el cauce de un arroyo. Hacía poco tiempo que habían rozado el lugar y era más fácil la subida. Nuestra intención era llegar a la cima de los cerros que se avistaban desde la casa.
Atravesamos el arroyo en varias ocasiones. Leandro nos indicó que esta planta la conocen como perejila pero que en realidad era la venenosa cicuta.
El camino no era muy dificultoso. En la umbría encontramos algunos ejemplares interesantes (en una entrada nueva al blog las expondré). El amigo Amarillo me echó un cable en este apartado. Por motivos técnicos, no utilicé correctamente la nueva cámara ( mi gozo en un pozo).Pocas logré sacar de mi cosecha. Menos mal que me ha mandado una bonita colección de las suyas.
Bajo esta enorme piedra nace el arroyo.
orquídea y jopo
Después del nacimiento del arroyo, salimos del alcornocal.
Hasta la cumbre todo está cubierto de matorral, sobre todo brezos.
El viento de levante azotaba con ganas el entorno.
Pero las vistas espectaculares.
El pantano del Celemín
Protegidos del levante aparecen pequeños bosquetes de alcornoques de pequeño porte.
La erosión modela las rocas de la cima
Los más "picaos" (Amarillo y yo), decidimos seguir la ruta hasta las cimas más elevadas. Los demás componentes se volvieron.
Montes y pueblos aparecían a nuestra vista (San Bartolo, Medina, Benalup,...)
Tulipa sylvestre
Esta es la zona del Tajo de las Figuras.
Después de reponer fuerzas en un bosquecillo, a espaldas del levante, y en el que milagrosamente no se sentía el viento, emprendimos el camino de vuelta.
Nos salimos del cortafuego, que hacía de camino, y nos adentramos en el matorral. Durante cierto tiempo estuvimos un poco fastidiados. Nos metimos en una zona muy densa. Más de un arañón no llevamos.
Rápidamente encontramos el arroyo. Todo fue coser y cantar hasta la casa.
Un enorme tocón cerca del arroyo.
Última mirada al arroyo en las cercanías de Las Gargantillas
Refrescón en el estanque.
Llegamos al coche,y a pesar de que llevábamos un buen rato recreándonos con la cervecita que nos íbamos a tomar en la Venta Enrique y que estábamos ya un poco cansados, al amigo Amarillo, picaíto entre los picaítos, no se le ocurre otra cosa que proponerme seguir por otro lado, en busca de unas cuevas con pinturas. Lo hicimos pero no tuvimos suerte. Otro día será.
En lo que no fallamos fue en las cervecitas y en el queso que nos tomamos en la venta.
¡Hasta la próxima!
(Autor JM Amarillo)
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