Después de la ruta a la chorrera del Salado (clique) del viernes, me levanté temprano . Nos esperaba un sábado, mezcla de ruta y de convivencia, en El Corchado (San Pablo de Buceite).
Y lo que hago siempre al levantarme, cuando estoy aquí, es echar una miradita al Oeste (acababa de amanecer) y otra al Este (el pueblo se despierta).Aquí tenemos la suerte de poder divisar el horizonte hacia los cuatro puntos cardinales.
Miradita al Oeste (las primeras luces)
Miradita al Este (el pueblo resurge a las claritas del día)
Preparo los trastos; cojo el coche y desayuno en Las Rejas. Allí, con José Coronil, gran aficionado al senderismo, empiezo la jornada hablando de rutas y caminos (ya está preparando el Camino de Santiago).
Me desplazo a continuación a San Pablo de Buceite, en plena Vega del Guadiaro. Voy despacito, son 7 kilómetros. Disfruto del paisaje. Abro a tope las ventanillas, porque quiero que el olor a azahar, que todo lo inunda, llene el coche.
San Pablo sí que tiene un color y un olor especial.
Aquí me hubiera gustado fotografiar el olor (sí, aunque parezca que estoy loco). Es lo que le falta a estas fotos. De todos modos, se lo pueden imaginar.
Calle Real
Dejo el vehículo en la calle Real. ¡Qué buenos recuerdos! Yo es que tengo el corazón "repartío" ( mi madre de Jimena y mi padre de San Pablo). Aquí venía todos los años, en verano, a pasar unos días con mi abuelo Francisco Vera. Qué vitalidad tenía. A pesar de su elevada edad, se bañaba en el río junto a sus nietos. Siempre estaba de buen humor. Me encantaba escuchar sus relatos, de las costumbres que le tocó vivir en su juventud. En fin, tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra» (el tiempo vuela, como las nubes, como las naves, como las sombras), y yo le añado que, sólo quedan los recuerdos.
Garganta Pulga
Me doy un pequeño paseo y me dirijo al lugar donde hemos quedado para iniciar la marcha. Está en las cercanías de la Garganta Pulga. Me entretengo en fotografiar algunos detalles.
Por este sitio existía una fuente (digo lo de existir, porque ha desaparecido bajo los escombros de la obra de un pabellón deportivo). Yo venía en burro, con las aguaderas y los cántaros. Entonces no había agua corriente y había que peregrinar a ésta y a otras fuentes, para hacerse con el preciado líquido. Para mí era una gran aventura, por supuesto.
Allí me llevé un buen rato. Poco a poco fueron apareciendo los amigos y amigas de Caminete de Luna. Estábamos dispuestos a pasar un buen día de campo.
Volvimos otra vez por la calle principal, en busca de la calle Camino de la Cerejana.
Desde San Pablo hasta El Corchado, el camino de la Cerejana, discurre casi paralelo al río Guadiaro. A izquierda y a derecha son todo naranjales (me recordó un poema de García Lorca que leí en la escuela).
Amanecía
en el naranjel.
Abejitas de oro
buscaban la miel.
¿Dónde estará
la miel?
El amigo Currini nos dio detalles de una planta (la de siempre) que había al borde del camino. En el verano se pone roja cuando se seca.Del interior hueco del tronco, cogían unos gusanos que luego utilizarían como cebo en las perchas.
El Hacho de Gaucín
El Corchado. Aquí es conocida como Fábrica de Luz. Construida en 1904. Es una Central Hidroeléctrica.
En la otra orilla se encuentra un antiguo poblado. Aquí vivían los empleados de la Central. Actualmente está casi en ruinas.Todavía quedan restos de la actividad de sus habitantes Hay un proyecto de recuperación para turismo rural. Esperemos que no tarde.
El poblado
El campamento lo plantamos delante de la antigua iglesia. Allí nos reunimos y degustamos una esplendida paella. Una plancha-barbacoa funcionó a toda potencia.
Para los más jóvenes resultó muy atractivo el puente colgante. No pararon de pasar y de intentar moverlo.
Después de la comida, decidí dar una vuelta por los alrededores. Me acompañaron Belén y Arturo.
Subimos por un empedrado y serpenteante camino. Conducía, a espaldas del edificio de la fábrica, a un cerro. Allí, un canal de agua, dejaba caer su contenido por unos enormes tubos, actuando así, como la fuerza que mueve las turbinas.
Desde aquí se precipita el agua, por los tubos, desde 135 metros de altura.
Desde este otero, las vistas son impresionantes. Aparecen a nuestra vista todas las vegas repletas de naranjos y el río Guadiaro como eje.
El río y, a su derecha, el camino de la Cerejana.
Al volver de nuestra escapada, nos encontramos que se ha organizado un baile. La música cañera retumba en el valle.
Amenizó la velada el hombre-orquesta Pepe Mena. Tiene arte cantando e improvisando letras.
Después de un buen rato departiendo con los compañeros y compañeras senderistas, decidí dar otra vuelta. Esta vez por la orilla del río y la chopera.
Cuando volví del río, se estaba empezando a recoger todos los trastos.
El camino de vuelta lo hago en solitario. La mayoría vuelve en coche.
Nada más llegar a San Pablo, me esperaban Juani y JM Contreras. Queríamos terminar la jornada con un buen café. Y así lo hicimos. En el restaurante, además, nos encontramos con más componentes de Caminete de Luna. Allí estuvimos un buen rato en amigable charla.
Nos despedimos hasta la próxima. Yo subí al pueblo a saludar a unos familiares. Llegué a Jimena bastante tarde. Todavía me dio tiempo de sacar la última foto del día.
Esta entrada está dedicada al pueblo de SAN PABLO DE BUCEITE
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