En Caminete de Luna estamos convencidos de que casi todos nuestros senderistas han oído hablar de "Los Amantes de Teruel" pero tambien sabemos que muchos no conocen la verdadera historia y por eso si algún día vamos a hacer la "Ruta del Mudéjar" es conveniente que sepamos esta historia cuando visitemos la catedral de Teruel. CAMINETE DE LUNA
HISTORIA DE AMOR DE LOS AMANTES
Isabel de Segura y Diego de Marcilla, más conocidos como los Amantes de Teruel, vivieron una bella y a la vez trágica historia de amor, en el Teruel medieval hacia el año 1217. Sus restos fueron hallados en 1555 en el transcurso de unas obras llevadas a cabo en la Iglesia de San Pedro. Pero no será hasta 1619, cuando gracias a un documento titulado Historia de los Amantes de Teruel, se confirme la identidad de los cuerpos y los hechos acaecidos en la villa a principios del siglo XIII.
Cuenta la leyenda, que Diego se enamoró de Isabel, hija de Pedro Segura, desde muy niño y pronto surgió el amor entre ellos. El problema vino porque ella era de una familia muy adinerada y él no tenía ninguna riqueza. Entonces, ambos llegaron a un acuerdo, como el padre de Isabel tan sólo le despreciaba por la falta de dinero, él iría a trabajar por mar y por tierra durante cinco años para poder ganar dinero y ella le esperaría para casarse.
El mismo día que cumple el plazo, Diego regresa a Teruel, donde se vive un ambiente festivo. Isabel, que no había tenido noticia de su enamorado en estos cinco años, está a punto de casarse con Pedro Fernández de Azagra, hermano del señor de Albarracín. La presión de su padre y un pretendiente de familia bien han acelerado el enlace. El joven decide ir al encuentro de su amada.
Diego llega entonces a la casa de Isabel y mientras está durmiendo con su marido, le pide que le bese: "Bésame que me muero". Sin embargo, la doncella se niega porque ya está desposada. "Por la pasión de Jesucristo os suplico que busquéis a otra, que de mí no hagáis cuenta, pues si a Dios no ha complacido tampoco me complace a mí". El joven vuelve a insistir, pero ella contesta: "No quiero".
En ese momento, él cae muerto. Los criados llevan el cadáver de Diego hasta la casa de sus padres. Al día siguiente, Isabel decide ir al funeral en la Iglesia de San Pedro para darle el beso negado en vida. Tan fuerte le besa que muere allí. La tradición asegura que murieron de amor, por eso se dispuso que fueran enterrados juntos y así han permanecido hasta hoy. En la actualidad, los restos de los enamorados reposan en un mausoleo de alabastro y bronce, obra de Juan de Ávalos.
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