En nuestras rutas de senderismos siempre vamos pendientes del paisaje, de las chorreras de aguas, de las plantas, de los árboles y a veces nos fijamos en esas preciosas marioposas que vuelan a nuestro alrededor. Algunos ejemplares son extraordinariamente bellos y por eso hoy fijo mi atención en estos animalillos privilegiados en su belleza y que se están perdiendo a pasos agigantados pues habremos notado que cada vez son menos las mariposas que se cruzan en nuestro camino.
Las mariposas forman parte de los lepidópteros (lepis, escama y pteron, ala), el orden animal que incluye también a polillas y otros insectos. Su nombre en castellano proviene de "Mari, pósate", un juego infantil de hace siglos. Se han encontrado mariposas en todo tipo de hábitats, desde desiertos a montañas con nieves perpetuas, y con tamaños desde tres milímetros hasta 30 centímetros.
El color de sus alas tiene varias funciones. El camuflaje frente a sus depredadores es una de ellas. Los sistemas son muy diversos: simular su entorno, imitar a otros insectos, como avispas o abejas, o avisar de su peligrosidad. Algunas especies son venenosas y así lo hacen ver con colores rojos o amarillos. Otras especies de mariposas no venenosas se valen de esta coloración de advertencia para ahuyentar a sus enemigos. La coloración también tiene una función sexual, para el apareamiento de las especies.
El color de sus alas tiene varias funciones. El camuflaje frente a sus depredadores es una de ellas. Los sistemas son muy diversos: simular su entorno, imitar a otros insectos, como avispas o abejas, o avisar de su peligrosidad. Algunas especies son venenosas y así lo hacen ver con colores rojos o amarillos. Otras especies de mariposas no venenosas se valen de esta coloración de advertencia para ahuyentar a sus enemigos. La coloración también tiene una función sexual, para el apareamiento de las especies.
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