Jimena de la Frontera
viernes, 31 de diciembre de 2010
FELICITACIÓN Y MENSAJE NAVIDEÑO DE "AMIG@DIR" PARA CAMINETE DE LUNA
la asociación amigadir nos envia este correo de felicitación navideña y nos da a conocer su deseo de tener una convivencia con Caminete de Luna. Ellos estuvieron no hace mucho en Jimena haciendo la ruta del Hozgargante y mantuvieron contacto con algunos socios de nuestra Asociación. La Junta Directiva toma nota para dar a conocer la propuesta y estuadiarla en la Asamblea del día 14 de Enero próximo. Para conocer un poco más de esta asociaciónpodeis pinchar en la dirección de su blog que mas abajo nos detallan.
LA DIRECTIVA
La asociación amig@dir, os desea mucha FELICIDAD para todos los intregrantes de caminete de luna.
Tambien queriamo deciros que nos gustaría si os parece bien, hacer una convivencia con vosotros, ya que compartimos el amor por el senderismo y vuestro pueblo nos encanta.
Saludos
http://amigadir-cadiz.blogspot.com/
Tambien queriamo deciros que nos gustaría si os parece bien, hacer una convivencia con vosotros, ya que compartimos el amor por el senderismo y vuestro pueblo nos encanta.
Saludos
http://amigadir-cadiz.blogspot.com/
jueves, 30 de diciembre de 2010
LA HISTORIA DE ROMA A TRAVÉS DEL DENARIO.
Me terminé por fin de leer "EL DENARIO DE PLATA", Un hermoso libro de Alejandro Núñez Alonso y ya he comenzado a leerme ... " EL HOMBRE DE DAMASCO", ambos forman parte de una pentalogía ( que conservo completa) y que voy a leer por el orden establecido ya que relata toda la vida del Gran Benarca Benasur de Judea y su odio eterno a Roma. Esta pentalogía te lleva a conocer todos los secretos de Roma, sus monedas, su sistema judicial, sus formas de gobiernos y las relaciones que existieron con paises extraños que existieron pero que ya no están en los mapas. Tal vez por eso me he dicididoo a dejaros estas notas que me he visto obligado a leer para competar el conocimiento que me apasiona de la historia de Roma.
Saludos Currini
La moneda típica de la República romana era el denario de plata. El peso correspondía originalmente a 1/72 de libra romana, esto es, 4,55 g. Más adelante, y en virtud de la lex Flaminia (año 217 a.C.), se basó en 1/84 de libra, equivalente a 3,90 g.Las emisiones comprendían los denarios y sus fracciones: el quinario, igual a medio denario; el sestercio, esto es, 1/4 de denario o medio quinario, El valor aparecía en tres nominales: el denario se caracterizaba por el signo X ( = 10 ases; en el año 217 a.C.su valor se equiparó a 16 ases), el quinario por el signo V ( = 5 ases) y el sestercio por las letras IIS = 2,5 ases).
Una datación controvertida
No hay acuerdo sobre la fecha de la introducción del denario en la sociedad romana: la tradición, basándose en las noticias de Tito Livio (Periochae, XV) y de Plinio el Viejo (Naturalis historia, 3, 42), fijaba la adopción del denario de plata en el año 268 a.C.(la decisión del Senado de instituir esta nueva moneda se remontaría al año 269 a.C.).La escuela italiana (Cesano, Breglia, Panvini Rosati, Stazio, Uirich Bansa) está sustancialmente convencida de la validez de esa fecha, pues se halla próxima a un momento que marca un episodio de gran importancia histórica y política en el mundo romano: Roma se midió por vez primera con una potencia internacional (guerra contra Pirro, finalizada en el año 275 a.C.) y venció. La Magna Grecia pasó a formar parte de su esfera hegemónico, y Roma se proyectaba ahora en el Mediterráneo. El comercio exigía una divisa que fuese la expresión clara de esta nueva potencia emergente. En 1932, e fecha fue impugnada por dos eruditos ingleses (H. Mattingiy y E.Robinson), quienes sostuvieron que las monedas de plata citadas por la tes eran las romana Campania.0 sea que ade taban la introducción del c nario al año 187 a.C.Ha( pocos años, sin embarg un hallazgo arqueológico restó crédito a esta hipótesis: en Sicilia, en el lugar de la antigua Morgantina, en el santuario dedicado a Deméter y a Core, se encontró un recipiente que contenía, entre otros, cenarios, quinarios, sestercios y victoriatos, con una iconografía propia del primer período de su emisión. Como,se puede fechar destrucción de ese santuario a fi les del siglo III a.C., durante la segunda guerra púnica, parece imposible sostener que el denario apareciera mucho después. Se ha formado así una corriente de compromiso, que propone una fecha intermedia: el año 217 a.C.La producción del cenario, desde el momento de su introducción, fue constante, mientras que el quinario y el sestercio tuvieron una producción mucho más irregular y reducida. El denario y el quinario siguieron circulando los dos primeros siglos del Imperio, en tanto el sestercio, fabricado en bronce y en oricalco (aleación de cobre y cinc, muy parecida al latón), se utilizó hasta los tiempos de Constantino el Grande (primeras décadas del siglo IV d.C.).
Divinidades humanizadas
Los tipos del denario experimentaron notables variaciones con el tiempo, y resulta en extremo interesante el análisis de estos cambios y de sus motivos. Se acepta generalmente que el primer denario romano fue el llamado denario anónimo: esta moneda presenta en el anverso la efigie de Roma vuelta hacia la derecha, con casco crestado y, detrás de la nuca, el signo del valor (X); en el reverso aparecen los Dioscuros, sobre cuya cabeza hay una estrella; y en el exergo, la inscripción ROMA. Es interesante señalar que este estilo está alejado de la solemne belleza griega, tan armoniosa y elegante. Consideremos la escena del reverso: el tema del caballo también había sido uno de los preferidos de las monedas griegas, pero la diferencia con que uno y otro mundo tratan el mismo tema resulta significativa. Los caballos representados en los denarios son auténticos corceles lanzados al galope, y los Dioscuros se asemejan más a hombres que a divinidades. Poco después de la introducción del denario anónimo, se experimentó la exigencia de evocar, mediante un símbolo, la figura del único magistrado del que dependía la emisión. De este modo, la persona en cuestión podía ser claramente identificada en cualquier momento, como responsable de eventuales abusos cometidos durante su gestión. Estos símbolos, entre los que recordamos el ancla, el perro, la lechuza, el cuchillo, el creciente lunar, la proa, la punta de lanza, el rarnn de laurel, el cerdo o el escudo (en total conocemos una treintena), se disponían en el reverso de la moneda y, como cabe imaginar, remitían a las tres actividades fundamentales del ciudadano romano: la agricultura, la guerra y el comercio. Aun no estando siempre y estrechamente ligados a la figura del magistrado monetario, los símbolos permitían en cualquier caso la identificación. Esta simbología, acaso ' por ser demasiado complicada, no tardó en abandonarse (finales del siglo III a.C.) para dejar paso a una innovación figurativa: la iconografía de los Dioscuros se sustituyó por la representación de Diana (o la Victoria) sobre una biga. También en este caso se evidencia la mentalidad romana, muy práctica, alejada de idealizaciones estéticas y dispuesta a ver en la divinidad una figura humana y no espíritu y belleza puros, Otra característica innovadora la constituyó la introducción de elementos epigráficos como las letras iniciales del nombre del monetario. En este punto, el Estado alcanzó su propósito de dejar constancia inequívoca del nombre de los funcionarios responsables, y ello permitiría pensar que el proceso formal quedaba concluido en este punto. Sin embargo, se produjo un hecho interesante y curioso, aunque comprensible en el seno de una sociedad que siempre privilegió el grupo frente al individuo: una vez experimentados el gran favor y el privilegio que representaba para el monetario y su familia la declaración explícita dE su cargo, la persona descubría i valor de su propia individualidad y trataba de exaltarla aún más. Así, en el anverso, detrás de la cabeza de la diga Roma, comenzaron a aparecer los nombres completos (Atiiius Saranus, Sempronius Pito, Marcus Libo, por recordar sólo algunos de los primeros nombres aparecidos). Las innovaciones, por lo demás, hacían referencia a los orígenes de la familia y guardaban también relación con la iconografía del reverso: así, el tan repetido tipo de la biga vuelve con Júpiter como auriga (Papirius Carbo), con Hércules guiando unos centauros (Aureiius Cota) o con Juno en una calesa tirada por machos cabríos (Caius Renius que, originario de Lanuvio, remite al culto de Juno Caprotina, la diosa venerada en esa ciudad). En un momento dado, se modificó incluso la iconografía del anverso: Cneo Gelio propuso en el año 125 a.C.una nueva cabeza de Roma, coronada de laurel, y Terencio Lucano inauguró una cabecita coronada por la Victoria. Pocos años después (principio del siglo I se desarrolló un proceso de celeción personal: los magistrados onetarios ambicionaban dar a conocer sus propios méritos y contaban episodios contemporáneos, con lo que construyeron una galería histórica de gran interés. Naturalmente, la complejidad narrativa y la pluralidad de los personajes sugieren unas selecciones compositivas a menudo muy esquemáticas, y a veces resultan emasiado ,llenas para el diámetro una moneda, pero el resultado es casi siempre fascinante y del mayor intes.El Estado no intervino ante estas continuas variaciones; lo importante era que la ley del metal y el peso se respetaran. En los denarios encontramos de todo: personajes de la tradición mitológico (Numa Pompilio, Tarpeya), de la vida política romana (Escipión el Africano) y personajes históricos de otros países con los que los romanos habían entrado en contacto, acontecimientos históricos, monumentos y escenas de la vida corriente, como duelos o sacrificios. Con César, el Senado autorizó una gran innovación: en las monedas aparece el retrato de un personaje vivo. Entre las monedas de plata, estaba también el victoriato, de 3,41 g de peso. Destinada a los intercambios con países extranjeros, esta moneda presenta en el anverso la cabeza laureada de Júpiter, y en el reverso, la Victoria en pie, coronando un triunfo. La acuñación del victoriato no duró mucho.
Una datación controvertida
No hay acuerdo sobre la fecha de la introducción del denario en la sociedad romana: la tradición, basándose en las noticias de Tito Livio (Periochae, XV) y de Plinio el Viejo (Naturalis historia, 3, 42), fijaba la adopción del denario de plata en el año 268 a.C.(la decisión del Senado de instituir esta nueva moneda se remontaría al año 269 a.C.).La escuela italiana (Cesano, Breglia, Panvini Rosati, Stazio, Uirich Bansa) está sustancialmente convencida de la validez de esa fecha, pues se halla próxima a un momento que marca un episodio de gran importancia histórica y política en el mundo romano: Roma se midió por vez primera con una potencia internacional (guerra contra Pirro, finalizada en el año 275 a.C.) y venció. La Magna Grecia pasó a formar parte de su esfera hegemónico, y Roma se proyectaba ahora en el Mediterráneo. El comercio exigía una divisa que fuese la expresión clara de esta nueva potencia emergente. En 1932, e fecha fue impugnada por dos eruditos ingleses (H. Mattingiy y E.Robinson), quienes sostuvieron que las monedas de plata citadas por la tes eran las romana Campania.0 sea que ade taban la introducción del c nario al año 187 a.C.Ha( pocos años, sin embarg un hallazgo arqueológico restó crédito a esta hipótesis: en Sicilia, en el lugar de la antigua Morgantina, en el santuario dedicado a Deméter y a Core, se encontró un recipiente que contenía, entre otros, cenarios, quinarios, sestercios y victoriatos, con una iconografía propia del primer período de su emisión. Como,se puede fechar destrucción de ese santuario a fi les del siglo III a.C., durante la segunda guerra púnica, parece imposible sostener que el denario apareciera mucho después. Se ha formado así una corriente de compromiso, que propone una fecha intermedia: el año 217 a.C.La producción del cenario, desde el momento de su introducción, fue constante, mientras que el quinario y el sestercio tuvieron una producción mucho más irregular y reducida. El denario y el quinario siguieron circulando los dos primeros siglos del Imperio, en tanto el sestercio, fabricado en bronce y en oricalco (aleación de cobre y cinc, muy parecida al latón), se utilizó hasta los tiempos de Constantino el Grande (primeras décadas del siglo IV d.C.).
Divinidades humanizadas
Los tipos del denario experimentaron notables variaciones con el tiempo, y resulta en extremo interesante el análisis de estos cambios y de sus motivos. Se acepta generalmente que el primer denario romano fue el llamado denario anónimo: esta moneda presenta en el anverso la efigie de Roma vuelta hacia la derecha, con casco crestado y, detrás de la nuca, el signo del valor (X); en el reverso aparecen los Dioscuros, sobre cuya cabeza hay una estrella; y en el exergo, la inscripción ROMA. Es interesante señalar que este estilo está alejado de la solemne belleza griega, tan armoniosa y elegante. Consideremos la escena del reverso: el tema del caballo también había sido uno de los preferidos de las monedas griegas, pero la diferencia con que uno y otro mundo tratan el mismo tema resulta significativa. Los caballos representados en los denarios son auténticos corceles lanzados al galope, y los Dioscuros se asemejan más a hombres que a divinidades. Poco después de la introducción del denario anónimo, se experimentó la exigencia de evocar, mediante un símbolo, la figura del único magistrado del que dependía la emisión. De este modo, la persona en cuestión podía ser claramente identificada en cualquier momento, como responsable de eventuales abusos cometidos durante su gestión. Estos símbolos, entre los que recordamos el ancla, el perro, la lechuza, el cuchillo, el creciente lunar, la proa, la punta de lanza, el rarnn de laurel, el cerdo o el escudo (en total conocemos una treintena), se disponían en el reverso de la moneda y, como cabe imaginar, remitían a las tres actividades fundamentales del ciudadano romano: la agricultura, la guerra y el comercio. Aun no estando siempre y estrechamente ligados a la figura del magistrado monetario, los símbolos permitían en cualquier caso la identificación. Esta simbología, acaso ' por ser demasiado complicada, no tardó en abandonarse (finales del siglo III a.C.) para dejar paso a una innovación figurativa: la iconografía de los Dioscuros se sustituyó por la representación de Diana (o la Victoria) sobre una biga. También en este caso se evidencia la mentalidad romana, muy práctica, alejada de idealizaciones estéticas y dispuesta a ver en la divinidad una figura humana y no espíritu y belleza puros, Otra característica innovadora la constituyó la introducción de elementos epigráficos como las letras iniciales del nombre del monetario. En este punto, el Estado alcanzó su propósito de dejar constancia inequívoca del nombre de los funcionarios responsables, y ello permitiría pensar que el proceso formal quedaba concluido en este punto. Sin embargo, se produjo un hecho interesante y curioso, aunque comprensible en el seno de una sociedad que siempre privilegió el grupo frente al individuo: una vez experimentados el gran favor y el privilegio que representaba para el monetario y su familia la declaración explícita dE su cargo, la persona descubría i valor de su propia individualidad y trataba de exaltarla aún más. Así, en el anverso, detrás de la cabeza de la diga Roma, comenzaron a aparecer los nombres completos (Atiiius Saranus, Sempronius Pito, Marcus Libo, por recordar sólo algunos de los primeros nombres aparecidos). Las innovaciones, por lo demás, hacían referencia a los orígenes de la familia y guardaban también relación con la iconografía del reverso: así, el tan repetido tipo de la biga vuelve con Júpiter como auriga (Papirius Carbo), con Hércules guiando unos centauros (Aureiius Cota) o con Juno en una calesa tirada por machos cabríos (Caius Renius que, originario de Lanuvio, remite al culto de Juno Caprotina, la diosa venerada en esa ciudad). En un momento dado, se modificó incluso la iconografía del anverso: Cneo Gelio propuso en el año 125 a.C.una nueva cabeza de Roma, coronada de laurel, y Terencio Lucano inauguró una cabecita coronada por la Victoria. Pocos años después (principio del siglo I se desarrolló un proceso de celeción personal: los magistrados onetarios ambicionaban dar a conocer sus propios méritos y contaban episodios contemporáneos, con lo que construyeron una galería histórica de gran interés. Naturalmente, la complejidad narrativa y la pluralidad de los personajes sugieren unas selecciones compositivas a menudo muy esquemáticas, y a veces resultan emasiado ,llenas para el diámetro una moneda, pero el resultado es casi siempre fascinante y del mayor intes.El Estado no intervino ante estas continuas variaciones; lo importante era que la ley del metal y el peso se respetaran. En los denarios encontramos de todo: personajes de la tradición mitológico (Numa Pompilio, Tarpeya), de la vida política romana (Escipión el Africano) y personajes históricos de otros países con los que los romanos habían entrado en contacto, acontecimientos históricos, monumentos y escenas de la vida corriente, como duelos o sacrificios. Con César, el Senado autorizó una gran innovación: en las monedas aparece el retrato de un personaje vivo. Entre las monedas de plata, estaba también el victoriato, de 3,41 g de peso. Destinada a los intercambios con países extranjeros, esta moneda presenta en el anverso la cabeza laureada de Júpiter, y en el reverso, la Victoria en pie, coronando un triunfo. La acuñación del victoriato no duró mucho.
UN GITANO EN LA FUNERARÍA. HUMOR DE SENDERISTAS
RESULTA QUE CUANDO HACEMOS UNA RUTA DE SENDERISMO, A VECES HAY QUIEN CUENTA CHISTES Y, PRECISAMENTE LA ÚLTIMA VEZ QUE FUÍ DE RUTA OÍ ESTE:
En la funeraria un gitano pregunta:
-¿Y, de qué murió pues el Manuel? Y otro le contesta:
-Creo que de una pelea; porque afuera dice SEPELIÓ, pero no dice con quién!!
!! FELIZ AÑO NUEVO !!
En la funeraria un gitano pregunta:
-¿Y, de qué murió pues el Manuel? Y otro le contesta:
-Creo que de una pelea; porque afuera dice SEPELIÓ, pero no dice con quién!!
!! FELIZ AÑO NUEVO !!
CAMINETE DE LUNA.
DESCUBIERTA UNA NUEVA ESPECIE HUMANA EN UNA CUEVA DE SIBERIA.
Un equipo científico internacional, liderado por el Instituto Max Planck de Alemania, ha descubierto en Siberia los restos de una nueva especie humana que no se conocía hasta ahora, y que compartió el planeta hace unos 30.000 años con los neandertales, los 'sapiens' modernos y los 'Homo floresiensis' de Indonesia.
El nuevo linaje, bautizado como los denisovanos, porque sus restos se encontraron en la cueva siberiana de Denisova, es el primero descrito gracias a una investigación genética: en concreto, la secuencuación de ADN nuclear de la falange de un dedo de una hembra infantil de esta nueva especie.
Tras comparar su genoma con el de los neandertales (que se conoció este año) y el de 'Homo sapiens' actuales de Europa, África y Asia, se comprobó que los denisovanos no eran ninguna especie conocida, aunque parte de su ADN (menos del 3%) está presente en las poblaciones de Melanesia.
La paleogenética ha revelado, según se publica en la revista Nature esta semana, que estos homínidos son más parecidos a los neandertales que a nosotros, lo que significa que descienden de la misma población ancestral, que se dividió en estas dos ramas hace unos 600.000 años. Antes de ello, hace unos 800.000 años, su rama común se habría separado de la que dio origen a nuestra especie.
Una muela, localizada en la misma cueva, confirmaría también que su morfología es mucho más primitiva que la nuestra. Se parece a la dentadura que tuvieron los 'Homo erectus', otros homínidos del intricado árbol evolutivo humano de hace 1,8 millones de años.
"Todo parece indicar que los denisovanos se dispersaron ampliamente en el pasado", argumentó el jefe del equipo científico, Svante Pääbo, en referencia a los 7.000 kilómetros que separan la región rusa de Siberia de la isla de Nueva Guinea, en Oceanía.
Mientras estos homínidos se extendían por Asia, los neandertales lo hicieron por Eurasia durante cientos de miles de años, hasta que los 'sapiens' abandonaron África, momento en el que también se cruzaron, dejando su marca de ADN en todos los humanos actuales no africanos.
"Como se ve, la historia es mucho más compleja de lo que se pensaba. Ya no se trata de una clara historia de humanos saliendo de África y reemplazando a los neandertales. Ahora vemos que hay linajes entrelazados con más jugadores y más interacciones de las que conocíamos", apunta Richard Green, de la Universidad de California, otros de los firmantes del artículo.
De momento, y a falta de más fósiles en los que fundamentar el hallazgo (sólo hay un fragmento de dedo y un diente), los descubridores de este nuevo homínido han preferido no denominarle como una nueva especie.
El nuevo linaje, bautizado como los denisovanos, porque sus restos se encontraron en la cueva siberiana de Denisova, es el primero descrito gracias a una investigación genética: en concreto, la secuencuación de ADN nuclear de la falange de un dedo de una hembra infantil de esta nueva especie.
Tras comparar su genoma con el de los neandertales (que se conoció este año) y el de 'Homo sapiens' actuales de Europa, África y Asia, se comprobó que los denisovanos no eran ninguna especie conocida, aunque parte de su ADN (menos del 3%) está presente en las poblaciones de Melanesia.
La paleogenética ha revelado, según se publica en la revista Nature esta semana, que estos homínidos son más parecidos a los neandertales que a nosotros, lo que significa que descienden de la misma población ancestral, que se dividió en estas dos ramas hace unos 600.000 años. Antes de ello, hace unos 800.000 años, su rama común se habría separado de la que dio origen a nuestra especie.
Una muela, localizada en la misma cueva, confirmaría también que su morfología es mucho más primitiva que la nuestra. Se parece a la dentadura que tuvieron los 'Homo erectus', otros homínidos del intricado árbol evolutivo humano de hace 1,8 millones de años.
"Todo parece indicar que los denisovanos se dispersaron ampliamente en el pasado", argumentó el jefe del equipo científico, Svante Pääbo, en referencia a los 7.000 kilómetros que separan la región rusa de Siberia de la isla de Nueva Guinea, en Oceanía.
Mientras estos homínidos se extendían por Asia, los neandertales lo hicieron por Eurasia durante cientos de miles de años, hasta que los 'sapiens' abandonaron África, momento en el que también se cruzaron, dejando su marca de ADN en todos los humanos actuales no africanos.
"Como se ve, la historia es mucho más compleja de lo que se pensaba. Ya no se trata de una clara historia de humanos saliendo de África y reemplazando a los neandertales. Ahora vemos que hay linajes entrelazados con más jugadores y más interacciones de las que conocíamos", apunta Richard Green, de la Universidad de California, otros de los firmantes del artículo.
De momento, y a falta de más fósiles en los que fundamentar el hallazgo (sólo hay un fragmento de dedo y un diente), los descubridores de este nuevo homínido han preferido no denominarle como una nueva especie.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
BREÑA III (Desde la venta Alfardía a Barbate por La Breña)
Ayer terminé, (por fin) el recorrido completo por La Breña de Barbate. Hemos tardado cinco horas con, más o menos, media hora de descanso. El kilometraje, no lo sé con seguridad (yo calculo, a ojo de buen cubero, unos ocho o nueve) porque tengo la costumbre de salirme de los caminos señalizados. Me gusta perderme, sin hacer locuras, por el bosque (aquí no es un problema porque todos los caminos llevan al mar).
Como la ruta no era de ida y vuelta, cogimos el autobús de línea. Primero nos desplazamos hasta Conil (increible que tardáramos una hora en llegar, con lo cerca que está. Y para remate, con una calefacción a tope. Seguro que el conductor es un friolero). Llegamos en camiseta y con la ropa de abrigo en la mano, con ganas de tomarnos una tónica con limón, por las náuseas que nos produjo el dichoso viaje. Más tarde, un amable taxista nos condujo hasta la Venta Alfardía. Desde aquí iniciamos el recorrido, a las 10´30 horas de la mañana.
Cabo Trafalgar y Caños de Meca
Para el primer tramo, que es todo cuesta arriba, tardamos dos horas ( BREÑA I). Visitamos la Torre de Meca y su mirador. Terminamos, en la zona recreativa de Los Majadales del Sol, con un pequeño descanso.
A continuación, atravesamos el pinar, en busca de la Torre del Tajo y los acantilados (BREÑA II). Llegamos a las l3,45. Repusimos fuerzas y un descanso de media hora).
En esta parte del recorrido, en las zonas más umbrías, hay numerosas setas, como estas fétidas Clatrhus ruber que encontré en todas las fases de crecimiento.
Desde aquí iniciamos el último tramo. Faltan por recorrer 4,5 kilómetros para llegar a Barbate.
Todo es cuesta abajo hasta llegar a la Playa de la Yerbabuena. Ahora, el camino se convierte en un balcón hacia el mar.
Al fondo, Barbate
Sedum
Cistus
A nuestra izquierda, encontraremos un enorme pared. Los restos que la componen nos dicen que hace miles de años estuvo bajo las aguas del mar.
Pecten
Dentalium
Enebro (Juniperus macrocarpa)
Caléndula suffruticosa subsp. algarbiensis
Sierra de Retín, al fondo
Romero
Esta abrupta costa es un paraíso para las aves marinas.
Cormoranes
Anagallis
Delphinium
Llegando a la playa abundan las retamas. En estos momentos empiezan a oler sus flores.
El camino "oficial" queda a la izquierda. Nosotros optamos por desviarnos por una vereda que nos dejó directamente en la playa.
Playa de la Yerbabuena
El acantilado desde la playa
El final de la ruta
Pensamos que era el final, pero todavía quedaba atravesar todo el pueblo, hasta la estación de autobuses. Salía a las cinco, en dirección a Cádiz. Fue todo una odisea, ya que paraba cada diez metros, el dichoso autobús. Lo recomiendo para los turistas que nos visiten ( parada en La Barca de Vejer, subida a Vejer, entradas y salidas por la autovía, visita a Conil,... Tardamos una hora y media en llegar a nuestro destino. Menos mal que una simpática anciana, que iba a un velatorio, nos amenizó el trayecto con sus bromas, relacionadas con el autobús y su largo y lento recorrido.
En fin, espero que a mis paisanos jimenatos les guste esta ruta. es la que realizaremos en el mes de Febrero, si el tiempo acompaña. Amén.
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