Después de visitar las tumbas del Coto, mi amigo Contreras y yo, decidimos alargar la actividad visitando un lugar muy bonito, más todavía, si el arroyo Salado lleva agua después de las abundantes lluvias.
Nuestro amigo Sarrias nos llevó hasta Jimena en su furgoneta y nosotros en nuestro coche hasta Marchenilla, punto de partida de esta segunda etapa.
Atravesamos el río Hozgarganta, que todavía lleva bastante agua, y la vía férrea Algeciras-Ronda. Nos dirigimos por la Cañada Real a la finca El Alcachofal.
Con un sol que apretaba, por la hora que era, ya pasada la una de la tarde, pero aliviados por un vientecito fresco, caminamos ya con un poco de hambruna.
Este es un alcaucil silvestre que según me cuenta JManuel es comestible. Algún día lo recolectaremos y haremos alguna comidita.
En las cercanías de una pequeña presa y bajo los primeros acebuches dimos cuenta de nuestras viandas.
Muy cercanas podíamos observar las enormes lajas que acompañan al arroyo Salado.
El camino empieza a cerrarse de vegetación. Al fondo la enorme laja a cuyos pies están las chorreras.
La vegetación cambia cuando penetramos en la umbría de la garganta.
Nuestro amigo JManuel posando para el recuerdo.
Creo que no hace falta que diga nada sobre lo que nos podemos encontrar cuando llegamos a estos lugares tan cercanos a nuestro pueblo. ¡Qué maravilla!
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