Jimena de la Frontera

Jimena de la Frontera

domingo, 21 de marzo de 2010

DESDE PELAYO A TARIFA. RUTA SENDERISTA CAMINETE DE LUNA. JIMENA DE LA FRONTERA












La afición a la naturaleza y el senderismo nos hace madrugar un sábado ó festivo y desplazarnos a los lugares de iniciación de la marcha. Todo tiene su encanto y yo particularmente disfruto saludando a los paisanos que con la indumentaria adecuada suelen estar degustando de la tostada o el bollo calentito con los típicos productos del cerdo como el que se metió entre pecho y espaldas Tobi Quirós y que le permitió ir en cabeza de la marcha durante casi todo el tiempo.
Otros como mi amigo Paco Vera junto con un maestro gaditano amigo suyo y el “chavalín sudamericano” estaban esperando de los primeros y eso que venían desde Cádiz y, es que como dije al principio la afición por los temas de la naturaleza nos hace sentirnos felices e impacientes por comenzar la ruta.
La Barriada de Pelayo, como todo hoy en día, ha crecido bastante, así que atravesamos por detrás de las viviendas y accedimos a la parte izquierda de la carretera para bajar de forma lateral por el Puerto del Bujeo. La temperatura era ideal, sin vientos, pero en la parte del mar la bruma no dejaba ver con claridad los paisajes africanos que tan bonitos son.
En contraposición, antes de llegar a divisar el mar atravesamos amplias zonas con fincas en las que había vacas, cabras y algunas ovejas. Comentábamos que ya los brotes de la primavera incipiente se hacen notar y la diversidad de plantas es extremadamente fantástica, muchas de ellas desconocidas para mi que distingo poco más de los “peos de zorra” y los vinagrillos, mientras que algunos entendidos con sus cámaras ajustaban los “macros” para después catalogarlas con las guias correspondientes.
Como somos de “tierra adentro” empezamos a impacientarnos un poco hasta que por fin comenzaron a aparecer las primeras imágenes del mar y esto nos hizo apretar el paso un poco hasta que llegamos al “Guadamesí” y fueron muchos los que se quitaron los zapatos para atravesar el charco, mientras que otros haciamos fotos a los pecadores, a las rocas y a la impresionante torre del Guadamesí para buscar unas “pasaeras de piedras” que nos permitieron acceder al otro lado sin tener que mojarnos.

Junto a la Torre nos sentamos todos y nos tomamos el bocata contemplando el mar y las tierras norte africanas. La brisa marina refrescaba nuestros acalorados cuerpos debido a la marcha y algunas gotas de lluvia, sin trascendencia alguna, caían sobre nosotros cuando comenzamos de nuevo a caminar por los senderos costeros.
Junto a las rocas de las orillas se veian mariscadores, submarinistas y pescadores de cañas. Si levantabas la vista sobre el brumoso horizonte se divisaban ténues las montañas del continente vecino y esos cormoranes que impacientes sobre las rocas acechaban sus posibles presas.
Como suele suceder en nuestras marchas el grupo se va alargando porque siempre hay rezagados haciendo fotos unos y rebuscando entre las esparragueras otros, además de los que hablamos constantemente sobre los cortijos y molinos abandonados.
Vimos muchas “garitas” abandonadas por el filo
de la costa donde soldados y guardias civiles habrán pasado miles de calamidades custodiando las entradas por el mar.
Ya el G.P.S. marcaba 16 kilómetros y comenzamos a ver el faro de Punta Paloma en Tarifa, hasta que poco a poco mientras contemplábamos los enormes molinos de vientos de hoy en día que apenas si movian sus aspas por falta de fuerza eólica.
Ya poco antes de acceder nos esperaban los más rápidos como Angel y Quiñones que nos condujeron hasta las murallas de la ciudad y desde allí muchos fueron recogidos en coches particulares, otros partieron para la parada del autobús más cercana y otros como la familia Sarrias- Ortiz y nosotros nos quedamos a degustar en uno de los bares las exquisitas tapas y raciones tarifeñas con cerveza fresquita que tanto se nos apetecía.
No podía faltar el traernos los estupendos pasteles de la Confiteria “ Bernal” para coger el autobús hasta Pelayo y regresar para merendar con los nuestros en Torreguadiaro.
Quiero expresar mi agradecimiento a CAMINETE DE LUNA y a todos los que fueron a esta ruta por el día tan extraordinario que pasamos en compañía.
Durante el trayecto fueron muchos los que preguntaban por Juan Manuel y Juani y se extrañaban de su falta porque son ásiduos de todas las salidas senderistas y amigos de todos.
Un abrazo
Currini

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