Llega la Navidad y en casi todos los hogares tenemos una de estas plantas tan bonitas. Pasado algún tiempo vemos como se nos muere sin que podamos hacer nada por ella, así que ahí van algunos consejos para tratar de conservarla y tenerla dispuesta para el próximo año en nuestra casa;
Flor de Pascua, estrella de la Navidad
Necesita luz, un ambiente húmedo y una temperatura media en torno a los 16ºC
La flor de Pascua, también conocida como poinsettia, es junto con el árbol de navidad uno de los adornos más habituales que por estas fechas engalanan los hogares. La floración de la planta, con un característico color rojo, atraviesa su máximo apogeo en invierno, aunque su resistencia al frío es escasa. Conseguir que la planta florezca en años siguientes requiere cierto esfuerzo, si bien es un vegetal que se atiende con facilidad durante la temporada.
Antes de comprarla
La duración de la flor de Pascua depende, en gran medida, del estado en que se encuentre en el momento de adquirirla. Es fundamental que el ejemplar sea vigoroso y con signos de buena salud. Las hojas deben ser verdes y gruesas. Las flores, otro de los aspectos que se deben cuidar, han de comenzar a brotar ya que es un signo de frescura. Son pequeñas, de color amarillo y se sitúan entre las brácteas rojas, que son los grandes pétalos que caracterizan a las flores de Pascua. Es conveniente descartar las plantas que tengan las hojas enrolladas, amarillentas o con manchas rojas.
Las flores de Pascua son muy sensibles al frío. Cuando lo sufren, llegan a perder todas sus hojas en pocos días. No resulta aconsejable comprar las plantas en puestos callejeros o si han estado en el exterior de tiendas y mercados. Además, se deben tomar ciertas precauciones en el trayecto a casa. Un cambio brusco de temperatura entre el frío del exterior y el calor de la vivienda provoca una caída de los capullos florales y reduce de forma considerable la durabilidad de las flores ya abiertas. Para evitarlo, se debe cuidar que la planta esté envuelta con una capa doble de plástico o cartón.
Cuidados básicos
Luz, humedad y una temperatura media en torno a 16ºC. Estos son los tres consejos que deben guiar el cuidado de una flor de Pascua. Para tener una planta saludable, debe situarse en un lugar cálido y luminoso, sin exposición directa a la luz del sol y corrientes de aire.
Los riegos deben ser moderados y con agua tibia
Si el ambiente es seco, la poinsettia pierde las hojas. Es adecuado mantener el suelo húmedo. Los riegos han de ser moderados, con agua tibia y cada dos o tres días. Estos deben suspenderse cuando se caigan las brácteas. El método para hacerlo es el de inmersión, sin olvidar desechar el agua que no se absorba para evitar un exceso de humedad. De lo contrario, es posible que aparezca putrefacción en las raíces.
Durante los meses de la floración, desde octubre hasta febrero, también es conveniente añadir fertilizante al agua de riego. De esta manera, se favorece la aparición de flores enérgicas y saludables.
¿Vuelven a florecer?
Una vez transcurridas las fiestas navideñas, la flor de Pascua pierde sus brácteas y en muchos hogares tiene como destino el cubo de la basura. Sin embargo, con los cuidados precisos, la planta vuelve a florecer. Cuando se caigan las hojas de color, es preciso podar la planta hasta dejar unos tallos de 10 cm. Después, se debe colocar en un lugar oscuro pero fresco y se han de reducir los riegos.
A partir de este momento, para obtener una nueva floración se precisan períodos de absoluta oscuridad que duren al menos 12 horas cada día. Se debe introducir la maceta en una bolsa de plástico negro o cubrirla con cartón para que no reciba claridad durante ese tiempo. Con más horas de luz la planta crece, pero no da flores ni brácteas coloreadas.
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Antes de comprarla
La duración de la flor de Pascua depende, en gran medida, del estado en que se encuentre en el momento de adquirirla. Es fundamental que el ejemplar sea vigoroso y con signos de buena salud. Las hojas deben ser verdes y gruesas. Las flores, otro de los aspectos que se deben cuidar, han de comenzar a brotar ya que es un signo de frescura. Son pequeñas, de color amarillo y se sitúan entre las brácteas rojas, que son los grandes pétalos que caracterizan a las flores de Pascua. Es conveniente descartar las plantas que tengan las hojas enrolladas, amarillentas o con manchas rojas.
Las flores de Pascua son muy sensibles al frío. Cuando lo sufren, llegan a perder todas sus hojas en pocos días. No resulta aconsejable comprar las plantas en puestos callejeros o si han estado en el exterior de tiendas y mercados. Además, se deben tomar ciertas precauciones en el trayecto a casa. Un cambio brusco de temperatura entre el frío del exterior y el calor de la vivienda provoca una caída de los capullos florales y reduce de forma considerable la durabilidad de las flores ya abiertas. Para evitarlo, se debe cuidar que la planta esté envuelta con una capa doble de plástico o cartón.
Cuidados básicos
Luz, humedad y una temperatura media en torno a 16ºC. Estos son los tres consejos que deben guiar el cuidado de una flor de Pascua. Para tener una planta saludable, debe situarse en un lugar cálido y luminoso, sin exposición directa a la luz del sol y corrientes de aire.
Los riegos deben ser moderados y con agua tibia
Si el ambiente es seco, la poinsettia pierde las hojas. Es adecuado mantener el suelo húmedo. Los riegos han de ser moderados, con agua tibia y cada dos o tres días. Estos deben suspenderse cuando se caigan las brácteas. El método para hacerlo es el de inmersión, sin olvidar desechar el agua que no se absorba para evitar un exceso de humedad. De lo contrario, es posible que aparezca putrefacción en las raíces.
Durante los meses de la floración, desde octubre hasta febrero, también es conveniente añadir fertilizante al agua de riego. De esta manera, se favorece la aparición de flores enérgicas y saludables.
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Una vez transcurridas las fiestas navideñas, la flor de Pascua pierde sus brácteas y en muchos hogares tiene como destino el cubo de la basura. Sin embargo, con los cuidados precisos, la planta vuelve a florecer. Cuando se caigan las hojas de color, es preciso podar la planta hasta dejar unos tallos de 10 cm. Después, se debe colocar en un lugar oscuro pero fresco y se han de reducir los riegos.
A partir de este momento, para obtener una nueva floración se precisan períodos de absoluta oscuridad que duren al menos 12 horas cada día. Se debe introducir la maceta en una bolsa de plástico negro o cubrirla con cartón para que no reciba claridad durante ese tiempo. Con más horas de luz la planta crece, pero no da flores ni brácteas coloreadas.
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