Con ocasión de unas jornadas de puertas abiertas, relacionadas con la arqueología, hemos tenido la posibilidad de visitar el dolmen de Villamartín y escuchar las explicaciones de un experto arqueólogo.
Ubicado dentro de la necrópolis megalítica Alberite I, fue descubierto en 1993. Es uno de los más antiguos de la Península Ibérica, pues tiene unos 6.000 años. La excavación del dolmen fue llevada a cabo por un equipo integrado por profesionales del Proyecto de Investigaciones Arqueológicas Guadalete y por el Área de Prehistoria de la Universidad de Cádiz, bajo la dirección de Francisco Giles Pacheco y José Ramos Muñoz.
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La estructura megalítica de Alberite se encuentra al sur de Villamartín, dominando un fondo de valle entre la sierra gaditana y la cuenca fluvial del río Guadalete, cuya ubicación es óptima para que se llevara a cabo fácilmente la explotación de recursos por parte de la comunidad que construyó el dolmen.
Responde al tipo denominado de
galería cubierta.
Villamartín
Está situado en la cuenca media del Guadalete.
En el piedemonte de la Sierra de Grazalema
Consta de una galería de unos 23 metros de longitud segmentada con
jambas y con una entrada monumental con
dos ortostatos exentos. En algunas de estas enormes piedras se encuentran
pinturas esquemáticas en ocre y
grabados de armas, lunas, soles e incluso algún antropomorfo.
Este dolmen refleja, a través de su cultura material, la estructura económica característica de una
sociedad agropecuaria básica, donde la base del modo de producción estaba sustentada en la agricultura y la ganadería. Los hallazgos documentan la organización social y económica de las comunidades del Neolítico Final que vivían en las ricas y productivas tierras del Noroeste de Cádiz.
El yacimiento antes de que le pusieran la cubierta actual.
Bornos desde el enclave.
Socialmente, los elementos arqueológicos reflejan la existencia de sectores privilegiados que ejercían poder o dominación sobre la gran masa de la población. A su vez,dichos elementos, ídolos betilo, prisma de cuarzo, gubia, hachas, azuelas..., tenían una funcionalidad y simbolismo relacionados con la configuración productiva de esa sociedad del quinto milenio antes de Cristo.
Entrada con dos ortostatos
Vista desde el ortostato de cierre de la cámara funeraria. Podemos observar las jambas o losas de separación en medio del corredor.
Restos de ocre
Losas de cubierta.
Villamartín
jamba de separación
La cámara funeraria, en cuyo interior aparecieron los restos de dos individuos cuyos huesos fueron descarnados y espolvoreados con ocre.
El ajuar de dichos enterramientos incluía útiles de piedra pulimentada, cuentas de collar en piedra, ámbar y conchas, una paleta para el ocre y un gran cristal de cuarzo de unos 20 cm de longitud.
Estas moles de piedra conservan parte de la decoración esquemática que tuvieron. Sobresalen diversas pinturas en ocre y, sobre todo, grabados representando soles, serpientes,armas,... Todo el interior del monumento estuvo pintado en rojo.
Jumba con decoración incisa de una figura humana armada con un hacha.
Y varios soles con sus rayos.
foto coloreada de José Manuel (Druta)
Y como curiosidad, es fácil encontrar fósiles de origen marino.
Y las vasijas-nido de las avispas alfareras o eumeninos
Estas son de otro tipo (me imagino) de avispas.
El ajuar funerario lo he fotografiado en el Museo Arqueológico de Cádiz.
Hacha-azuela, de roca metamórfica, con restos de ocre
Collares de cuentas de hueso, concha y variscita.
Prisma de cristal de cuarzo
Ídolos "
betilo" de piedra caliza
Piedra Sagrada. Palabra proveniente del término hebreo Beth-El: Morada de Dios o Recuerdo de los Dioses.
En algunas culturas semíticas también se utiliza para designar a los vestigios de meteroritos que golpeaban la tierra ("piedras de rayo"). Se utiliza este nombre para señalar cualquier tipo de piedra erguida que evoca la presencia de la divinidad y el emplazamiento de un lugar sagrado. Por extensión el término se aplica a cualquier piedra que se considere sagrada por una cultura.
La mayoría de los Betilos, probablemente provenientes de meteoritos estaban dedicados a los dioses o eran reverenciados como símbolos de los mismos.
Paleta y machacador para ocre
Láminas de sílex
Detalle de la gubia
Del ritual funerario, se conoce la existencia de diversos restos de hogueras que han permitido la datación del yacimiento y su consideración como uno de los más antiguos de la Península Ibérica y del N.W. de Europa.
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MÁS INFORMACIÓN
Un ortostato es un bloque o losa vertical, adornada o no, que forma la hilada inferior de un muro. En un dolmen neolítico, los ortóstatos forman parcial o totalmente las paredes del monumento funerario y soportan las losas de la cobertera.
Las jambas son losas o estelas de separación.
La
azuela es una herramienta para trabajar la madera.