Ruta
de Casares-Los Baños de la Hedionda-Manilva.- (15-02-14)
El autobús nos deja en el pueblo de Casares. Tomamos la C/ Molinos en
dirección a los Arenales, pasado un
pequeño collado, pasamos junto a un cementerio abandonado a medio construir de época
reciente. Descendemos entre parcelas de monte Mediterráneo y algún que otro
rebaño de ovejas que pastan plácidamente a nuestro paso. Llegamos a arroyo
Molino que se une con el Albarrán y forman el río Manilva .Pasamos un pequeño
puente de madera y nos encontramos con el molino de la Americana. Seguimos una
vereda junto al río, entre el verdor de las plantas y arbustos de ribera . Unos
metros más abajo subimos por una ladera del valle para salvar una cerrada y
volver a bajar hacia el molino del Madrileño , atravesando una caballería y divisando las ruinas del Molino Cancón y su
puente metálico envuelto entre la frondosidad de los arbustos crecidos en los
márgenes del río.
El camino remonta la ladera izquierda del valle, alejándose de nuevo del
río para salvar el desfiladero fluvial espectacular rodeado de las formaciones
kársticas de la Sierra de Utrera. El lugar invita a realizar una parada y
contemplar la maravilla natural que se presenta ante nuestros ojos. Al mismo
tiempo que contemplamos las formaciones rocosas podemos observar a lo lejos la
costa rodeados de un denso matorral formado por la sabina costera.
El camino baja pasando junto a un algarrobo de dimensiones notables y
tras cruzar el río y pasar a su margen derecha , nos encontramos con un inmenso
eucaliptos muy fotogénico . Continuamos paralelo a una acequia en ruinas que
conduce hasta el Molino de las Ánimas , recientemente rehabilitado , desde
donde por una pista de tierra llegaremos a los Baños de la Hedionda.
Los Baños de la Fuente la Hedionda de Casares o del Rosario, también
llamados de Manilva , por su mayor proximidad a esta población vecina cuenta
con diversas leyendas que intentan dar respuesta a su origen. Una de ellas
reúne los elementos mágicos-creenciales típicos de tales casos : según cuenta ,
el demonio que habitaba en estas aguas exhaló su último suspiro al ser
expulsado `por Santiago, lo que confirió al agua su característico olor a
azufre.
Sin embargo , la
más popular es la que atribuye un noble origen histórico : en el año 61 a.C.
las tropas romanas se encontrarían acampadas en esta zona dispuestas a
enfrentarse con las de Pompeyo en la Segunda Guerra Civil Romana ( cosa que
ocurriría más tarde en la batalla de Munda) y , encontrándose infectadas de
sarna , hallarían alivio bañándose en estas aguas ; aunque , según otros , fue
el propio Julio Cesar quien se curó de una afección herpética y mandó construir los baños que hoy se conservan. El entorno
mantendría a lo largo de los tiempos un aspecto sagrado puesto que el valle sería
paraje donde habitaban algunas divinidades o ninfas correspondientes al
manantial de aguas curativas.
Sus propiedades minero-medicinales
de las aguas aparecen en escritos del siglo XVIII, como el informe de Alonso
García y Pozo a Tomás López Salud en 1780.
Ha sido una mañana agradable y hemos conocido un paraje de gran importancia natural y cultural .Recorrido de dificultad baja .Un saludo
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