Este año pasado ha sido un buen año( valga la redundancia) para los colmeneros y todos han visto con asombro como de sus colmenas han brotado en la mayoría dos "cosechas" y es que el Otoño pasado y el invierno llovió tantísimo que ha habido flores en el campo casi todo el año . La Consejeria de Medio Ambiente parece ser es consciente de la vital necesidad de que las abejas se proliferen y está autorizando cada vez más la utilización de los montes públicos`por nuestros colmeneros.
Yo cuando voy al Risco hecho de menos aquellos corchos de antaño que daban una miel exquisita todos los años y aunque los corchos están allí están solamente para adornar el paisaje y recordar que en otro tiempo estuvieron con rendimiento.Pienso que al estar la zona catalogada como jardín etnobotánico podría tener su zona determinada con colmenas y el acondicionamiento de plantas y flores para estos animalitos tan necesarios en el desarrollo de la vida en el planeta.
Es simplemente un apunte .......
Medio Ambiente adjudica la explotación de 1.100 colmenas en 13 montes públicos
La Junta detecta en los últimos años más demanda para ejercer esta actividad sostenible
A. R. algeciras | Actualizado 03.02.2014 - 01:00
Una forma de ganarse la vida y de mantener, a la vez, el equilibrio del ecosistema. La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha adjudicado recientemente la explotación de 1.100 colmenas en trece montes de titularidad pública regional repartidos por la comarca. El periodo de explotación autorizado a los particulares que han resultado ganadores del concurso público va de 2014 a 2018.
Desde la Consejería de Medio Ambiente explican que el aprovechamiento apícola de los montes es una actividad con arraigo, dada la abundancia y diversidad florística de los parajes andaluces, que en los últimos años ha experimentado una fuerte demanda. Cada vez hay más oferta de asentamientos apícolas por parte tanto de los montes de propio de los ayuntamientos como de los de la Junta.
El asentamiento de colmenares en ellos contribuye a garantizar tanto la conservación de dicha diversidad como el desarrollo socioeconómico del medio rural, siendo considerado como uno de los ejemplos más significativos de desarrollo sostenible.
A mediados de 2013 la Junta emprendió el procedimiento de adjudicación para el quinquenio recién comenzado con la apertura del plazo de solicitudes y la oferta de montes públicos. Según los datos de la resolución publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) consultados por este periódico, todas las explotaciones ofertadas en el Campo de Gibraltar (también en el conjunto de la provincia) han sido adjudicadas a particulares (generalmente apicultores autónomos). Es decir, ninguna ha quedado desierta. No obstante, cada año se publica una oferta anual por parte de la administración para la ocupación de asentamientos que quedaron vacantes o bien no fueron ocupados.
Jimena de la Frontera es el municipio con mayor número de fincas y colmenas adjudicadas, con ocho parajes y un total de 750 unidades en los montes de Benzanilla, Majada del Lobo, Garganta Honda, Las Naranjas y Los Ejes y las Casillas para tres beneficiarios diferentes.
En Los Barrios, la oferta fue de 300 colmenas en los montes de San Carlos del Tiradero y Valdeinfierno (con dos explotaciones cada una) que gestionará un único empresario. Por último, en Tarifa se sacó a concurso un aprovechamiento en el monte de Petalmeros, también concedido a un particular.
Los técnicos de la Junta de Andalucía fijan el número idóneo de colmenas que puede albergar cada monte mediante criterios que garanticen una explotación racional y sostenible de este importante recurso. Se establece en función de los estudios de carga apícola y cada bloque tiene, como mínimo, 50 colmenas que deben ubicarse con una equidistancia de 500 metros para garantizar la supervivencia de la población.
Así mismo, la explotación de colmenas permite el mantenimiento de la subespecie apis mellifera iberensis, la tradicional en la región andaluza y evita el avance de especies híbridas o exóticas. Su abnegado trabajo a la hora de producir miel o cera tiene, igualmente, repercusión en la polinización de especies en el monte mediterráneo.
Estos asentamientos se producen fundamentalmente durante los meses de invierno, para el aprovechamiento de las floraciones de romero, brezo y eucalipto blanco o en primavera buscando las zonas de cantueso, albaida, retama, tomillos y jaras y jaguarzos. Con sus productos -miel, cera, polen, jalea real, propóleos y venenos terapéuticos- se permite, según la Junta, una actividad económica en áreas que, de lo contrario, no tendrían aprovechamiento alguno y con usos que van desde la alimentación a cosmética o medicina.
El procedimiento de gestión de las colmenas en suelo público está regulado por el decreto 196/2008 y establece como criterios para puntuar la adjudicación circunstancias como que el apicultor esté empadronado en el municipio al que opta o en términos limítrofes. Si el municipio está integrado en la Red Natura 2000, además, se concede mayor puntuación. Quienes, a su vez, acrediten una producción bajo criterios de agricultura ecológica también tienen preferencia. En total, los criterios de adjudicación permiten la obtención de hasta 31 puntos; si bien en el caso de las adjudicaciones efectuadas en el Campo de Gibraltar van de 3 a 4,5 puntos.
Desde la Consejería de Medio Ambiente explican que el aprovechamiento apícola de los montes es una actividad con arraigo, dada la abundancia y diversidad florística de los parajes andaluces, que en los últimos años ha experimentado una fuerte demanda. Cada vez hay más oferta de asentamientos apícolas por parte tanto de los montes de propio de los ayuntamientos como de los de la Junta.
El asentamiento de colmenares en ellos contribuye a garantizar tanto la conservación de dicha diversidad como el desarrollo socioeconómico del medio rural, siendo considerado como uno de los ejemplos más significativos de desarrollo sostenible.
A mediados de 2013 la Junta emprendió el procedimiento de adjudicación para el quinquenio recién comenzado con la apertura del plazo de solicitudes y la oferta de montes públicos. Según los datos de la resolución publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) consultados por este periódico, todas las explotaciones ofertadas en el Campo de Gibraltar (también en el conjunto de la provincia) han sido adjudicadas a particulares (generalmente apicultores autónomos). Es decir, ninguna ha quedado desierta. No obstante, cada año se publica una oferta anual por parte de la administración para la ocupación de asentamientos que quedaron vacantes o bien no fueron ocupados.
Jimena de la Frontera es el municipio con mayor número de fincas y colmenas adjudicadas, con ocho parajes y un total de 750 unidades en los montes de Benzanilla, Majada del Lobo, Garganta Honda, Las Naranjas y Los Ejes y las Casillas para tres beneficiarios diferentes.
En Los Barrios, la oferta fue de 300 colmenas en los montes de San Carlos del Tiradero y Valdeinfierno (con dos explotaciones cada una) que gestionará un único empresario. Por último, en Tarifa se sacó a concurso un aprovechamiento en el monte de Petalmeros, también concedido a un particular.
Los técnicos de la Junta de Andalucía fijan el número idóneo de colmenas que puede albergar cada monte mediante criterios que garanticen una explotación racional y sostenible de este importante recurso. Se establece en función de los estudios de carga apícola y cada bloque tiene, como mínimo, 50 colmenas que deben ubicarse con una equidistancia de 500 metros para garantizar la supervivencia de la población.
Así mismo, la explotación de colmenas permite el mantenimiento de la subespecie apis mellifera iberensis, la tradicional en la región andaluza y evita el avance de especies híbridas o exóticas. Su abnegado trabajo a la hora de producir miel o cera tiene, igualmente, repercusión en la polinización de especies en el monte mediterráneo.
Estos asentamientos se producen fundamentalmente durante los meses de invierno, para el aprovechamiento de las floraciones de romero, brezo y eucalipto blanco o en primavera buscando las zonas de cantueso, albaida, retama, tomillos y jaras y jaguarzos. Con sus productos -miel, cera, polen, jalea real, propóleos y venenos terapéuticos- se permite, según la Junta, una actividad económica en áreas que, de lo contrario, no tendrían aprovechamiento alguno y con usos que van desde la alimentación a cosmética o medicina.
El procedimiento de gestión de las colmenas en suelo público está regulado por el decreto 196/2008 y establece como criterios para puntuar la adjudicación circunstancias como que el apicultor esté empadronado en el municipio al que opta o en términos limítrofes. Si el municipio está integrado en la Red Natura 2000, además, se concede mayor puntuación. Quienes, a su vez, acrediten una producción bajo criterios de agricultura ecológica también tienen preferencia. En total, los criterios de adjudicación permiten la obtención de hasta 31 puntos; si bien en el caso de las adjudicaciones efectuadas en el Campo de Gibraltar van de 3 a 4,5 puntos.
EUROPASUR
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