Jimena de la Frontera

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miércoles, 26 de octubre de 2011

LO QUE FALTABA POR CONTAR DE NUESTRA RUTA SENDERISTA A LOS MOLINOS DEL TAJO EN RONDA.


                                        VAGÓN DE MADERA Y LOCOMOTORA  ANTIGUA

                                             
                                           VAGONES MODERNOS POR DENTRO
El pasado sábado dia 22 hicimos la ruta senderista a  " Los Molinos del Tajo" en la  ciudad de Ronda ( Málaga).
Esta ruta ya ha sido descrita en nuestro blog por los dos vocales encarcados del desarrollo y publicación en  este blog con la aportación de fotografias de algunos que han colaborado como han sido Mari Carmen Muñoz y Gabriel Meléndez.
Como la ruta ya ha sido descrita en amplitud y detallada la belleza de todo lo que vimos en ese Tajo sobre el Guadalevín, ahora quiero hablaros de algo que pasó despercibido para los más jóvenes pero no así a muchos de los que  ya utilizamos el "bastón de senderista" como una necesidad.
En cuanto llegué a la Estación (hacia años que no pisaba el andén de nuestra estacion de Jimena), la percibí como extraña, con esa amplia ventana de cristal que sustituye a aquella ventanita pequeña en la que habia que meter la cabeza y gritar con la finalidad de que el encargado de cobrar los billetes pudiese oirnos perfectamente pues entre el ruido de los viajeros y del tren resultaba imposible la comunicación.
Los alrededores donde dejamos aparcados los vehículos ya no era igual pues me faltaba en el ricón el Bar de Antonio Gómez y el de Rondán a la derecha donde me llevaba mi padre a tomarme un café con  un bollo de leche de los de antes.
Me salí al andén exterior  y comprobé que las antiguas agujas con las que se cambiaban la dirección de las vías han desaparecido e igualmente aquellos almacenes donde estaban las mercancias que traian los trenes y donde casi siempre estaban Moyita, Manolito y Valdivia que eran los arrieros encargados de facturar y trasladar los bultos en sus "pollinos" a Jimena. Tampoco se percibia ese olor a corcho cocido que emanaba de las fábricas de Corcho de Antonio Canas y José Maria.
Me faltaba el trasiego de las matuteras que esperaban el otro tren, los tratantes, los que vendian pasteles y los que iban a trabajar a la zona del Perlo o San Pablo de Buceite junto con esos viajantes de enormes maletas ó gitanos con sus grandes líos de ropa sobre el hombro.
Llegó el tren y me faltó ver el "ceremonial" del Jefe Estación totalmente "maqueado" con su gorra colorada y el banderin rojo que andaba presto hasta ponerse junto a la locomotora de vapor y tras levantar el brazo ... comenzaba a deslizarse el tren por los railes con aquel sonido caracteristico que solo ya unos cuantos podemos recordar.....
Me faltó ver a aquellos que como Paquiro y Sánchez que  muchas veces iban con los viajantes para llevarles aquellos maletones de muestras y por lo que cobraban una pesetillas para subsistir nada más.
Las puertas de nuestro tren de ahora se abrieron de forma automáticacuando aquellas nuestras se abrian a fuerza de tirar de la manecilla de metal y para acceder al vagón habia que ser agil o recurrir a la ayuda de alguien que te empujase un poco. ! Que comodidad tenemos ahora...! los asientos son blandos con reposa cabezas, monitores  te van detallando todas las estaciones por las que hay que pasar y la velocidad es tanta que apenas notas el desplazamiento y ni siquiera puedes ver el paisaje como sucedia  con los trenes de nuestra niñez.
Aquellos vagones de antaño eran de madera y " el cha ca chá " que era el ruido carácteristico de todo tren de vapor de entonces,. se veía incrementado con el crujir de las maderas resecas y con el barniz casi perdido en muchas de sus partes.... siempre echo de menos al hombre alto que vendia "Los roscos de Gaucín" de vagón en vagón y aquella pareja de guardias civiles que con sus capotes y mosquetones  no faltaban nunca en ningún recorrido  y se cambiaban en las estaciones cuando el trayecto era demasiado largo.
Ahora no existen las ventanillas cuyos cristales se bajaban y por donde entraba el agradable olor a carbón y las "carbonillas" que se nos metian en los ojos haciendonos brotar las lágrimas como si fuésemos de velatorio o algo parecido.
Me encantaba mirar con los ojos casi cerrados ( para evitar las motas de carbón) y veía como "los palos de la luz" se desplazaban en sentido contrario y como la gente atendía sus huertos y sus animales ( cabras,ovejas, cerdos, gallinas). Algunas veces íbamos espaciados pero otras habia que ir de pie o "arrechuchados" con personas y animales pues en nuestros trenes se llevaban gallinas, pavos y gallos metidos en ceretes de palma para venderlos en otros lugares.
Ahora nos sobra comodidad y llegamos a Ronda en un "periquete" pero será simplemente por cariño el que yo ehco de menos  nuestros trenes de antaño que han quedado relegados a museos donde se guardan al mismo tiempo todos nuestros recuerdos y nuestras ilusiones de aquellos tiempos que jamás volverán.
Un abrazo
Currini





1 comentario:

  1. HAS BORDADO TODOS ESOS RECUERDOS DE CUANDO ERAMOS NIÑOS CURRINI,DE ESO MISMO FUI YO HABLANDO EN NUESTRO RECORRIDO EN TREN JIMENA-RONDA EL PASADO SABADO, SEME VINO A LA CABEZA UNA DE AQUELLAS OCASIONES EN LA QUE VIAJABA CON MIS PADRES Y HERMANO A CORDOBA PARA VER A MIS ABUELOS MATERNOS, EN AQUELLOS TRENES DE MADERA, AQUELLO ERA TODO UNA AVENTURA.... COMO TU CUENTAS, PERO AQUELLA VEZ EN PARTICULAR SEME QUEDO GRABADO POR QUE UNO DE LOS VAGONES DE AQUEL TREN DE MADERA, PRENDIO A ARDER,NO VEAS LA QUE SE LIO,YO SOLO TENDRIA UNOS 5 O 6 AÑOS PERO LO RECUERDO PERFECTAMENTE, JOLIN QUE TIEMPOS AQUELLOS...IGUAL QUE LOS TRENES E AHORA, SALUDOS........

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