Pero también es cierto que encuentro algún matiz distinto en lo que veo de estas dos bonitas calles ( San Sebastián y Barreras) y el gato negro que descansa tranquilo y relajado sobre el cristal delantero del coche......., le hice dos fotos y el tio seguía tan tranquilo y es que ahora nadie se mete con los animales, como debe ser, cuando
éramos pequeños , los gatos se comían los pollos que había en casa y cuanto podían trincar, asi que teníamos la costumbre de espantarlos sin pensar que también cogían los ratones y sobre todo que tienen el mismo derecho que nosotros a la existencia sin ingerencia alguna. Este gato negro( el de la mala suerte), se quedó allí y por poquito me dice adiós con su manita.......
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